Archivo de junio de 2020

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 20 de junio de 2020

21 de junio 2020 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: En el Evangelio de hoy el Señor Jesús, después de haber llamado y enviado de misión a sus discípulos, les instruye y les prepara para afrontar las pruebas y las persecuciones que deberán encontrar. Ir de misión no es hacer turismo, y Jesús advierte a los suyos: “No les tengáis miedo. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz. (…) Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma”. El envío en misión de parte de Jesús no garantiza a los discípulos el éxito, así como no les pone a salvo de fracasos y sufrimientos. Hay que tener en cuenta tanto la posibilidad de rechazo, como la de la persecución. El discípulo está llamado a adaptar su propia vida a Cristo, que fue perseguido por los hombres, conoció el rechazo, el abandono y la muerte en la cruz. ¡No existe la misión cristiana caracterizada por la tranquilidad! Las dificultades y las tribulaciones forman parte de la obra de evangelización, y nosotros estamos llamados a encontrar en ellas la ocasión para verificar la autenticidad de nuestra fe y de nuestra relación con Jesús. Estas dificultades son como la posibilidad para ser todavía más misioneros y para crecer en esa confianza en Dios, nuestro Padre: ante las dificultades del testimonio cristiano, no somos olvidados nunca, sino siempre acompañados por el cuidado atento del Padre. En el Evangelio de hoy, Jesús tranquiliza tres veces a sus discípulos diciendo: “¡No tengáis miedo!”. También en nuestros días, la persecución contra los cristianos está presente. Nosotros rezamos por nuestros hermanos que son perseguidos, y alabamos a Dios porque siguen dando testimonio con valor y fidelidad de su fe. Su ejemplo nos ayuda a no dudar en tomar posición a favor de Cristo, dando testimonio de Él valientemente en las situaciones de cada día (25-6-2017).

Jeremías 20, 10-13: Dijo Jeremías: “Oía la acusación de la gente: “Pavor–en-torno, delatadlo, vamos a delatadlo”. Mis amigos acechaban mi traspiés. “A ver si, engañado, lo sometemos y podemos vengarnos de él. Pero el Señor es mi fuerte defensor; me persiguen, pero tropiezan impotentes. Acabarán avergonzados de su fracaso, con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor del Universo, que examinas al honrado y sondeas las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos, pues te he encomendado mi causa! Cantad al Señor, alabad al Señor, que libera la vida del pobre de las manos de gente perversa”.

Salmo 68, 8-10.14.17.33-35: Señor, que me escuche tu gran bondad.

Romanos 5, 12-15: Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres porque todos pecaron… Pues, hasta que llegó la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputaba porque no había ley. Pese a todo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una trasgresión como la de Adán, que era figura del que tenía que venir. Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por el delito de uno solo murieron todos, con mayor razón la gracia de Dios y el don otorgado en virtud de un hombre, Jesucristo, se han desbordado sobre todos.

Mateo 10, 26–33: Dijo Jesús a sus discípulos: “No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehena”. ¿No se venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones. A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos”.

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 20 de junio de 2020

21 de junio 2020 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: En el Evangelio de hoy el Señor Jesús, después de haber llamado y enviado de misión a sus discípulos, les instruye y les prepara para afrontar las pruebas y las persecuciones que deberán encontrar. Ir de misión no es hacer turismo, y Jesús advierte a los suyos: “No les tengáis miedo. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz. (…) Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma”. El envío en misión de parte de Jesús no garantiza a los discípulos el éxito, así como no les pone a salvo de fracasos y sufrimientos. Hay que tener en cuenta tanto la posibilidad de rechazo, como la de la persecución. El discípulo está llamado a adaptar su propia vida a Cristo, que fue perseguido por los hombres, conoció el rechazo, el abandono y la muerte en la cruz. ¡No existe la misión cristiana caracterizada por la tranquilidad! Las dificultades y las tribulaciones forman parte de la obra de evangelización, y nosotros estamos llamados a encontrar en ellas la ocasión para verificar la autenticidad de nuestra fe y de nuestra relación con Jesús. Estas dificultades son como la posibilidad para ser todavía más misioneros y para crecer en esa confianza en Dios, nuestro Padre: ante las dificultades del testimonio cristiano, no somos olvidados nunca, sino siempre acompañados por el cuidado atento del Padre. En el Evangelio de hoy, Jesús tranquiliza tres veces a sus discípulos diciendo: “¡No tengáis miedo!”. También en nuestros días, la persecución contra los cristianos está presente. Nosotros rezamos por nuestros hermanos que son perseguidos, y alabamos a Dios porque siguen dando testimonio con valor y fidelidad de su fe. Su ejemplo nos ayuda a no dudar en tomar posición a favor de Cristo, dando testimonio de Él valientemente en las situaciones de cada día (25-6-2017).
Jeremías 20, 10-13: Dijo Jeremías: “Oía la acusación de la gente: “Pavor–en-torno, delatadlo, vamos a delatadlo”. Mis amigos acechaban mi traspiés. “A ver si, engañado, lo sometemos y podemos vengarnos de él. Pero el Señor es mi fuerte defensor; me persiguen, pero tropiezan impotentes. Acabarán avergonzados de su fracaso, con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor del Universo, que examinas al honrado y sondeas las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos, pues te he encomendado mi causa! Cantad al Señor, alabad al Señor, que libera la vida del pobre de las manos de gente perversa”.

Salmo 68, 8-10.14.17.33-35: Señor, que me escuche tu gran bondad.

Romanos 5, 12-15: Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres porque todos pecaron… Pues, hasta que llegó la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputaba porque no había ley. Pese a todo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una trasgresión como la de Adán, que era figura del que tenía que venir. Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por el delito de uno solo murieron todos, con mayor razón la gracia de Dios y el don otorgado en virtud de un hombre, Jesucristo, se han desbordado sobre todos.

Mateo 10, 26–33: Dijo Jesús a sus discípulos: “No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehena”. ¿No se venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones. A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos”.

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 20 de junio de 2020

20 de junio 2020 – sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

INMACULADO CORAZÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

Papa Francisco: La Palabra “misericordia” está compuesta por dos palabras: miseria y corazón. El corazón indica la capacidad de amar; la misericordia es el amor que abraza la miseria de otra persona. Es un amor que “siente” nuestra indigencia como si fuera propia, para liberarnos de ella. Él está cerca y no solo, con su madre. Ella le decía a san Juan Diego: “¿Por qué tienes miedo? ¿Acaso no estoy yo aquí que soy tu madre?”. Está cerca. Él y su Madre. La misericordia más grande radica en su estar en medio de nosotros, en su presencia y compañía. Camina junto a nosotros, nos muestra el sendero del amor, nos levanta en nuestras caídas -¡y con qué ternura lo hace!-, nos acompaña en todas las circunstancias de nuestra existencia. Nos abre los ojos para mirar las miserias propias y del mundo, pero a la vez nos llena de esperanza (12-12-2015).

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados. Él les contestó: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?. Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón.

Isaías 61, 9-11; Salmo: 1Samuel 2, 1.4-8 . Lucas 2, 41-51

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 20 de junio de 2020

20 de junio 2020 – sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

INMACULADO CORAZÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

Papa Francisco: La Palabra “misericordia” está compuesta por dos palabras: miseria y corazón. El corazón indica la capacidad de amar; la misericordia es el amor que abraza la miseria de otra persona. Es un amor que “siente” nuestra indigencia como si fuera propia, para liberarnos de ella. Él está cerca y no solo, con su madre. Ella le decía a san Juan Diego: “¿Por qué tienes miedo? ¿Acaso no estoy yo aquí que soy tu madre?”. Está cerca. Él y su Madre. La misericordia más grande radica en su estar en medio de nosotros, en su presencia y compañía. Camina junto a nosotros, nos muestra el sendero del amor, nos levanta en nuestras caídas -¡y con qué ternura lo hace!-, nos acompaña en todas las circunstancias de nuestra existencia. Nos abre los ojos para mirar las miserias propias y del mundo, pero a la vez nos llena de esperanza (12-12-2015).

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados. Él les contestó: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?. Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón.

Isaías 61, 9-11; Salmo: 1Samuel 2, 1.4-8 . Lucas 2, 41-51

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viernes, 19 de junio de 2020

19 de junio 2020 –viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Papa Francisco: Todos nosotros hemos recibido este don: el acceso al corazón de Jesús, a la amistad de Jesús. Nuestro destino es ser amigos suyos. Es un don que el Señor conserva siempre, Él es fiel a este don. Nosotros no lo somos y nos alejamos, con nuestros pecados, con nuestros caprichos y muchas otras cosas. Él es fiel a la amistad porque nos ha llamado a vivirla. Nos ha elegido para ser sus amigos: “Ya no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos”. ¿Cómo habla Jesús a Judas, en el momento de la traición?: “Amigo, ¿a qué vienes?”. Él es fiel. No le dice: “Vete porque tú te has alejado de mí. Vete”. ¡No! Él hasta el final es fiel al don de la amistad (14-5-2018).

Tomó la palabra Jesús y dijo: Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

Deuteronomio 7, 6-11; Salmo 102, 1bc-10; 1Juan 4, 7-16 . Mateo 11, 25-30

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jueves, 18 de junio de 2020

18 de junio 2020 – jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Padre nuestro: un padre que sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos, nos escucha en lo escondido, en el secreto, como Jesús nos aconseja rezar en secreto. El Padre que nos da la identidad de hijos, y cuando digo “Padre” llego a las raíces de mi identidad cristiana, que es ser hijo y esta es una gracia del Espíritu. Nadie puede decir “Padre”, sin la gracia del Espíritu. Sin sentirse hijo, sin decir “Padre”, nuestra oración es pagana. Y rezarle al Padre es la piedra angular. Si el espacio de la oración es decir “Padre”, la atmósfera de la oración es decir “nuestro”: somos hermanos, somos familia (16-6-2016).

Dijo Jesús a sus discípulos: Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal”. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.

Eclesiástico 48, 1-14; Salmo 96, 1-7 . Mateo 6, 7-15

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 17 de junio de 2020

17 de junio 2020 – miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El Señor habla de los hipócritas que se mueven en ámbito sacro. El Señor habla de ayuno, oración y limosna: los tres pilares de la piedad cristiana, de la conversión interior que la Iglesia nos propone a todos. Y en este camino están los hipócritas, que presumen al hacer ayuno, al dar limosna, al rezar. Pienso que cuando la hipocresía llega a este punto, en la relación con Dios estamos bastante cerca del pecado contra el Espíritu Santo. Estos no saben de belleza, no saben de amor, no saben de verdad; son viles (19-6-2013).

Dijo Jesús a sus discípulos: Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos, de lo contrario, no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. Cuando ayunéis, no pongáis cara triste como los hipócritas, que desfiguran su rostro para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.

2Reyes 2, 1.6-14; Salmo 30, 20.21.24 . Mateo 6, 1-6.16-18

Lectura diaria de la Biblia

martes, 16 de junio de 2020

16 de junio 2020 – martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Debemos perdonar a los enemigos: lo decimos todos los días en el Padrenuestro cuando pedimos perdón “como nosotros perdonamos…”. Y perdónanos también para ser perdonados: tragamos el orgullo y avanzamos. Lo que sigue es rezar por los demás: rezar por los que nos dificultan en la vida, que tienen un modo de ser agresivos en familia y rezar por aquellos que nos ponen a prueba. O rezar por los que quieren destruirme. Pensemos en Auschwitz y en otros campos de concentración. Y muchos lo hicieron. En las familias es muy difícil, a veces, perdonarse: por ejemplo, a los cónyuges después de cualquier disputa, o al hijo pedir perdón al padre… Pero, es más, perdonar a aquellos que te están matando… No solo perdona: rezar por ellos. Es más: amarlos. Parece difícil. Solo la palabra de Jesús puede explicar esto. Yo no soy capaz de ir más allá (19-6-2018).

Dijo Jesús a sus discípulos: Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.

1Reyes 21, 17-29; Salmo 50, 3-6b.11.16 . Mateo 5, 43-48

Lectura diaria de la Biblia

lunes, 15 de junio de 2020

15 de junio 2020 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Si a un cristiano se le pide diez, él debe dar cien, porque para él el todo es Jesucristo. Este es el secreto de la magnanimidad cristiana, que va siempre con la mansedumbre. El cristiano es una persona que ensancha su corazón con esta magnanimidad. Tiene el todo, que es Jesucristo; las demás cosas son la nada. Son buenas, sirven, pero en el momento de la confrontación elige el todo, que es Jesús. Y el Señor mismo nos ensancha el corazón. Cuando se tiende a seguir la nada, surgen los enfrentamientos en las familias, con los amigos, en la sociedad. También los enfrentamientos que terminan en la guerra: la nada es semilla de guerra, siempre; porque es semilla de egoísmo; el todo, lo grande, es Jesús. Que el Señor ensanche nuestro corazón y nos haga humildes, mansos y magnánimos, porque nosotros lo tenemos todo en Él (17-6-2013).

Dijo Jesús a sus discípulos: Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.

1Reyes 21, 1-16; Salmo 5, 2-7 . Mateo 5, 38-42

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 13 de junio de 2020

14 de junio 2020 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

Papa Francisco: Cada domingo, la comunidad eclesial se reúne alrededor de la Eucaristía. Y cada año tenemos la alegría de celebrar la fiesta dedicada a este Misterio central de la fe, para expresar en plenitud nuestra adoración a Cristo que se dona como alimento y bebida de salvación. Jesús afirma “Yo soy el pan vivo, bajado del cielo (…) El pan que yo voy a dar, es mi carne por la vida del mundo”. Él declara que el Padre lo ha enviado al mundo como alimento de vida eterna, y que por esto Él se sacrificará así mismo, su carne. Jesús, en la cruz, entregó su cuerpo y derramó su sangre. El Hijo del hombre crucificado es el verdadero Cordero pascual, que hace salir de la esclavitud del pecado y sostiene en el camino hacia la tierra prometida. En la Eucaristía Jesús, como hizo con los discípulos de Emaús, se acerca a nosotros, peregrinos en la historia, para alimentar en nosotros la fe, la esperanza y la caridad; para consolarnos en las pruebas; para sostenernos en el compromiso por la justicia y la paz. Esta presencia solidaria del Hijo de Dios está por todos lados: en las ciudades y en los campos, en el norte y en el sur del mundo, en los países de tradición cristiana y en los de primera evangelización. Y en la Eucaristía Él se ofrece así mismo como fuerza espiritual para ayudarnos y poner en práctica su mandamiento –amarnos como Él nos ha amado-, construyendo comunidades acogedoras y abiertas a las necesidades de todos, especialmente de las personas más frágiles, pobres y necesitadas. Alimentarnos con Jesús Eucaristía significa también abandonarnos con confianza a Él y dejarnos guiar por Él. Se trata de acoger a Jesús en lugar del propio “yo”. De esta forma, el amor gratuito recibido por Jesús en la comunión eucarística, con la obra del Espíritu Santo, alimenta el amor a Dios y a los hermanos que encontramos en el camino de cada día (18-6-2017).

Deuteronomio 8, 2-3.14b-16a: Habló Moisés al pueblo diciendo: “Recuerda todo el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para probarte y conocer lo que ha hecho en tu corazón: Si observas sus preceptos o no. Él te afligió, haciéndote pasar hambre y después te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres, para hacerte reconocer que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo cuanto sale de la boca de Dios. No olvides al Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la casa de esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con serpientes abrasadoras y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres”.

Salmo 147, 12-15.19-20: Glorifica al Señor, Jerusalén.

1Corintios 10, 16-17: El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión del cuerpo de Cristo? Porque el pan es uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan.

JUAN 6, 51-58: Jesús dijo a los judíos: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan vivirá siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo”. Disputaban los judíos entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”. Entonces Jesús les dijo: “En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron. El que come este pan vivirá para siempre”.