Archivo de marzo de 2020

Lectura diaria de la Biblia

martes, 31 de marzo de 2020

31 de marzo 2020 – martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: En el diálogo con los fariseos, Jesús repite tres veces “moriréis por vuestros pecados”. Y les hace recordar algo: “Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que “Yo Soy”. En el desierto, el pueblo encuentra esas serpientes que muerden y provocan la muerte. Entonces el Señor dice a Moisés que haga una serpiente de bronce y la levante, y la persona que sufra una herida de la serpiente, y que mire la de bronce, será sanada. La serpiente de bronce era signo de dos cosas: Primera, del pecado hecho por la serpiente, de la seducción de la serpiente, de la astucia de la serpiente; segunda, también era señal de la cruz de Cristo, era una profecía… Jesús se ha “hecho serpiente”, Jesús se “ha hecho pecado” y ha tomado sobre sí todas las suciedades de la humanidad, todas las suciedades del pecado. Y se ha hecho levantar para que toda la gente lo mire, la gente herida por el pecado, nosotros. Este es el misterio de la cruz y lo dice Pablo: “Se ha hecho pecado” y ha tomado la apariencia del padre del pecado, de la serpiente astuta (4-4-2017).

Dijo Jesús a los fariseos: Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros. Y los judíos comentaban: ¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”? Y él les dijo: Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que “yo soy”, moriréis por vuestros pecados. Ellos le decían: ¿Quién eres tú?. Jesús les contestó: Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él. Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que “yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada. Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

Números 21, 4-9; Salmo 101, 2-3.16-18.19-21 . Juan 8, 21-30

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lunes, 30 de marzo de 2020

30 de marzo 2020 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés, en la ley, nos ha mandado lapidar a mujeres como esta. ¿Tú qué dices?”. Jesús dice pocas cosas: “Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Y a la pecadora: “Tampoco yo te condeno, anda y en adelante no peques más”. Esta es la plenitud de la ley; no la de los escribas y fariseos. Jesús es la plenitud de la ley y Jesús juzga con misericordia (3-4-2017).

Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?. Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra. E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?. Ella contestó: Ninguno, Señor. Jesús dijo: Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.

Daniel 13, 41c-62; Salmo 22, 1b.3–6 . Juan 8, 1-11

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domingo, 29 de marzo de 2020

29 de marzo 2020 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El Evangelio de este quinto domingo de Cuaresma nos narra la resurrección de Lázaro. Es la cumbre de los signos prodigiosos realizados por Jesús: es un gesto demasiado grande, demasiado claramente divino para ser tolerado por los sumos sacerdotes, quienes, al conocer el hecho, tomaron la decisión de matar a Jesús… Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá. La vida de quien cree en Jesús y sigue sus mandamientos, después de la muerte será transformada en una vida nueva, plena e inmortal. Cristo no se resigna a los sepulcros que nos hemos construido con nuestras opciones del mal y de muerte, errores, pecados. Él nos invita, casi nos ordena, salir de la tumba en la que nuestros pecados nos han sepultado. Nos llama a salir de la oscuridad de la prisión en la que estamos encerrados, contentándonos con una vida falsa, egoísta, mediocre: Sal afuera. Es una hermosa invitación a la libertad auténtica, a dejarnos liberar de las vendas, del orgullo. Nuestra resurrección comienza aquí: cuando decidimos obedecer a este mandamiento de Jesús saliendo a la luz, a la vida; cuando caen de nuestro rostro las máscaras –muchas veces estamos enmascarados por el pecado- y volvemos a encontrar el valor de nuestro rostro original, creado a imagen y semejanza de Dios. El gesto de Jesús que resucita a Lázaro muestra hasta dónde puede llegar la fuerza de la gracia de Dios, nuestra conversión, nuestro cambio. No existe límite alguno para la misericordia divina ofrecida a todos (6-4-2014).

Ezequiel 37, 12-14: Esto dice el Señor Dios: Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os sacaré de ellos, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel. Y cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de ellos, pueblo mío, comprenderéis que soy el Señor. Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis; os restableceré en vuestra tierra, y comprenderéis que yo, el Señor, lo digo y lo hago -oráculo del Señor-.

Salmo 129, 1-8: Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

Romanos 8, 8-11: Los que están en la carne no pueden agradar a Dios. Pero vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en vosotros; en cambio, si alguien no posee el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Pero si Cristo está con vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justicia. Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús también dará vida a vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.

Juan 11, 3-7.17.20-27.33-45: Las hermanas de Lázaro le mandaron recado a Jesús diciendo: Señor, el que tú amas está enfermo. Jesús, al oírlo, dijo: esta enfermedad no es para la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo se quedó todavía dos días donde estaba. Sólo entonces dijo a sus discípulos: Vamos otra vez a Judea. Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús: Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá. Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta respondió: Sé que resucitará en la resurrección en el último día. Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?. Ella le contestó: Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo. Jesús se conmovió en su espíritu, se estremeció y preguntó: ¿Dónde lo habéis enterrado?. Le contestaron: Señor, ven a verlo. Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban: ¡Cómo lo quería!. Pero algunos dijeron: Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que este muriera?. Jesús, conmovido de nuevo en su interior, llegó a la tumba. Era una cavidad cubierta con una losa. Dijo Jesús: Quitad la losa. Marta, la hermana del muerto, le dijo: Señor, ya huele mal porque lleva cuatro días. Jesús le replicó: ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?. Entonces quitaron la losa. Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo: Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado. Y dicho esto, gritó con voz potente: Lázaro, sal afuera. El muerto salió, los pies y las manos atadas con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: Desatadlo y dejadlo andar. Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

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sábado, 28 de marzo de 2020

28 de marzo 2020 – sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El 28 de marzo de 1515 nació en Ávila una niña que con el tiempo sería conocida como santa Teresa de Jesús. Doy gracias a Dios por el don de esta gran mujer y animo a los fieles de la querida diócesis de Ávila, y a todos los españoles, a conocer la historia de esa insigne fundadora, así como a leer sus libros, que, junto con sus hijas en los numerosos Carmelos del mundo, nos sigue diciendo quién y cómo fue la madre Teresa y qué puede enseñarnos a los hombres y mujeres de hoy. En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos (15-10-2014).

Algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: Éste es de verdad el profeta. Otros decían: Éste es el Mesías. Pero otros decían: ¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?. Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima. Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: ¿Por qué no lo habéis traído?. Los guardias respondieron: jamás ha hablado nadie como ese hombre. Los fariseos les replicaron: ¿También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la ley son unos malditos. Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: ¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho? Ellos le replicaron: ¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas. Y se volvieron cada uno a su casa.

Jeremías 11, 18-20; Salmo 7, 2-3.9bc-12 . Juan 7, 40-53

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viernes, 27 de marzo de 2020

27 de marzo 2020 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Nuestra mirada, siempre fija en Jesús, porque la fe, que es nuestro sí a la relación filial con Dios, viene de Él, viene de Jesús. Él es el único mediador de esta relación entre nosotros y nuestro Padre que está en el cielo. Jesús es el Hijo, y nosotros somos hijos en Él (18-8-2013).

Recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las tiendas. Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas. Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: ¿No es éste el que intentan matar? Pues mirad como habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de donde viene. Entonces Jesús mientras enseñaba en el templo, gritó: A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía: a ése vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado. Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.

Sabiduría 2, 1a.12-22; Salmo 33, 17-21.23 . Juan 7, 1-2.10.25-30

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jueves, 26 de marzo de 2020

26 de marzo 2020 – jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: (Si no creéis en los escritos de Moisés, ¿cómo vais a creer en mis palabras?) ¡No tengamos miedo de cruzar la puerta de la fe en Jesús! No tengamos miedo de dejarle entrar cada vez más en nuestra vida, de salir de nuestros egoísmos. Porque Jesús ilumina nuestra vida con una luz que jamás se apaga (18-8-2013).

Dijo Jesús a los judíos: Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el testimonio que da de mí. Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su rostro, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no lo creéis. Estudiáis las escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ése si lo recibiréis. ¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?

Éxodo 32, 7-14; Salmo 105, 19-23 . Lucas 6, 36-38

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miércoles, 25 de marzo de 2020

25 de marzo 2020 – miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR

Papa Francisco: La salvación no se compra ni se vende. Se regala, es gratuita. Nosotros no podemos salvarnos por nosotros mismos, la salvación es un regalo, totalmente gratuita. No se compra con “la sangre de los toros y machos cabríos”. Para que esta salvación entre en nosotros pide un corazón humilde, un corazón dócil, un corazón obediente, como el de María. El modelo de este camino de salvación es Dios mismo, su Hijo, que no estimó un bien irrenunciable ser igual a Dios –lo dice Pablo- sino que se anonadó a sí mismo y obedeció hasta la muerte y una muerte de cruz. ¿Qué significa el camino de la humildad, de la humillación? Significa decir: yo soy hombre, yo soy mujer y tú eres Dios. Y seguir a delante, en presencia de Dios, como hombre, como mujer, en la obediencia y en la docilidad del corazón (25-3-2014).

El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David: El nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Y María dijo al ángel: ¿Cómo será eso, pues no conozco varón?. El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamará Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”. María contestó: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y el ángel se retiró.

Isaías 7, 10-14; 8, 10b; Salmo 39, 7-11; Hebreos 10, 4-10 . Lucas 1, 26-38

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martes, 24 de marzo de 2020

24 de marzo 2020 – martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Betesda era una piscina con cinco pórticos bajo los cuales yacía un gran número de enfermos. De vez en cuando bajaba del cielo un ángel a mover las aguas y los primeros que entraban en el aguan se sanaban. Entre ellos, un paralítico que estaba allí desde hacía treinta y ocho años. Y Jesús le dijo: “¿Quieres quedar sano?” ¡Qué bonito es que Jesús diga al paralítico y también a los hombres de nuestro tiempo: ¿Quieres ser feliz? ¿Quieres mejorar tu vida?. Los otros enfermos abrían dicho: “¡Sí, Señor, sí!”. Él responde: “Señor, no tengo a nadie que me sumerja…”. Estaba enfermo de la pereza, había perdido la memoria de la alegría. Se ve el resentimiento, la amargura de ese corazón. Pero Jesús lo mira y le dice: levántate, toma tu camilla y echa a andar. A nosotros Jesús hoy nos dice: Levántate, toma tu vida como es y ve adelante. –“Pero, Señor, no es el último modelo…” – “¡Con esa camilla fea, quizá, pero ve a adelante! Es tu vida, es tu alegría” (28-3-2017).

Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Ésta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos. Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: ¿Quieres quedar sano?. El enfermo le contestó: Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado. Jesús le dice: Levántate, toma tu camilla y echa a andar. Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar. Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano: Hoy es sábado y no se puede llevar la camilla. Él les contestó: El que me ha curado es el que me ha dicho: Toma tu camilla y echa a andar. Ellos le preguntaron: ¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?. Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús a causa del gentío que había en aquel sitio, se había alejado. Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor. Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

Ezequiel 47, 1-9.12; Salmo 45, 2-3.5-6.8-9 . Lucas 6, 36-38

Lectura diaria de la Biblia

lunes, 23 de marzo de 2020

23 de marzo 2020 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Anda, tu hijo vive. Y se puso en camino. Esta es nuestra vida: creer y ponerse en camino, como hizo Abrahán, que confió en el Señor y caminó incluso momentos difíciles. La vida cristiana es esto: caminar hacia las promesas, la vida cristiana es esperanza. Hay muchos que no caminan. Está la tentación de detenerse, de considerar ser un buen cristiano solo porque se forma parte de movimientos eclesiales y se sienten en ellos como en la propia casa espiritual, casi cansados de caminar. Sí, creen que existe el cielo, pero no lo buscan. Y esto es un problema: los inmóviles. Pidamos al Señor la gracia de retomar el camino, de ponernos en camino hacia las promesas (31-3-2014).

Salió Jesús de Samaria para Galilea. Jesús mismo había atestiguado: Un profeta no es estimado en su propia patria. Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: Como no veáis signos y prodigios, no creéis. El funcionario insiste: Señor, baja antes de que se muera mi niño. Jesús le contesta: Anda, tu hijo vive. El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: Ayer a la hora séptima (una de la tarde) lo dejó la fiebre. El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora cuando Jesús le había dicho: Tu hijo vive. Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.

Isaías 65, 17-21; Salmo 29, 2.4-6.11-12a.13b . Juan 4, 43-54

Lectura diaria de la Biblia

domingo, 22 de marzo de 2020

22 de marzo 2020 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: En el centro del Evangelio de este cuarto domingo de Cuaresma se encuentra Jesús y un hombre ciego de nacimiento. Cristo le devuelve la vista y obra este milagro con una especie de rito simbólico: primero mezcla la tierra con la saliva y la unta en los ojos del ciego; luego le ordena ir a lavarse en la piscina de Siloé. Ese hombre va, se lava, y se aclara la vista. Con este milagro Jesús se manifiesta a nosotros como luz del mundo; y el ciego de nacimiento nos representa a cada uno de nosotros, que hemos sido creados para conocer a Dios, pero a causa del pecado somos como ciegos, todos necesitamos una luz nueva: la de la fe, que Jesús nos ha dado. Nosotros hemos sido “Iluminados” por Cristo en el Bautismo, y por ello estamos llamados a comportarnos como hijos de la luz. Y comportarse como hijos de la luz exige un cambio radical de mentalidad, una capacidad de juzgar hombres y cosas según otra escala de valores, que viene de Dios. El Bautismo exige la elección de vivir como hijos de la luz y caminar en la luz. Si ahora os preguntase: ¿Creéis que Jesús es el Hijo de Dios? ¿Creéis que puede cambiaros el corazón? ¿Creéis que puede hacer ver la realidad como la ve Él, no como la vemos nosotros? ¿Creéis que Él es la luz, nos da la verdadera luz? ¿Qué significa tener la verdadera luz, caminar en la luz? Significa ante todo abandonar las luces falsas: la luz fría y fatua del prejuicio contra los demás, contra quienes juzgamos sin misericordia y condenamos sin apelación. Cuando se chismorrea sobre los demás, no se camina en la luz, se camina en la sombra. Otra falsa luz es la del interés personal: si valoramos hombres y casas en base al criterio de nuestra utilidad, de nuestro placer, de nuestro prestigio, no somos fieles a la verdad en las relaciones y en las situaciones. Si vamos por este camino del buscar solo el interés personal, caminamos en las sombras (26-3-2017).

1Samuel 16, 1b.6-7.10-13a: El Señor dijo a Samuel: Llena tu cuerno de aceite y ponte en camino. Te envío a casa de Jesé, el de Belén, porque he visto entre sus hijos un rey para mí. Cuando llegó, vio a Eliab y se dijo: Seguro que está su ungido ante el Señor. Pero el Señor dijo a Samuel: No te fijes en su apariencia ni en lo elevado de su estatura, porque lo he descartado. No se trata de lo que vea el hombre. Pues el hombre mira a los ojos, más el Señor mira el corazón. Jesé presentó a sus siete hijos ante Samuel. Pero Samuel dijo a Jesé: El Señor no ha elegido a estos. Entonces Samuel preguntó a Jesé: ¿No hay más muchachos?. Y le respondió: Todavía queda el menor, que está pastoreando el rebaño. Samuel le dijo: Manda a buscarlo porque no nos sentaremos a la mesa mientras no venga. Jesé mandó a por él y lo hizo venir. Era rubio, de hermosos ojos y buena presencia. El Señor dijo a Samuel: Levántate y úngelo de parte del Señor pues es éste. Samuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. Y el espíritu del Señor vino sobre David desde aquel día en adelante.

Salmo 22, 1-6: El Señor es mi pastor, nada me falta.

Efesios 5, 8-14: Antes erais tinieblas, pero ahora sois luz por el Señor. Vivid como hijos de la luz, pues toda bondad, justicia y verdad son frutos de la luz. Buscad lo que agrada al Señor, sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien denunciándolas. Pues da vergüenza decir las cosas que ellos hacen a ocultas. Pero, al denunciarlas, la luz las pone al descubierto, y todo lo descubierto es luz. Por eso dice: Despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo te iluminará.

Juan 9, 1.6-9.13-17.34-38: Al pasar, vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento. Entonces, escupió en la tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego, y le dijo: Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado). Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: ¿No es ése el que se sentaba a pedir?. Unos decían: El mismo. Otros decían: No es él, pero se le parece. Él respondía: Soy yo. Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista. Él les contestó: Me puso barro en los ojos, me lave y veo. Alguno de los fariseos comentaban: Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado. Otros replicaban: ¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?. Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego: Y tú, ¿Qué dices del que te ha abierto los ojos?. Él contestó: Que es un profeta. Le replicaron: Has nacido completamente empecatado, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?. Y lo expulsaron. Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo: ¿Crees tú en el Hijo del hombre? Él contestó: ¿Y quién es, Señor, para que crea en él?. Jesús le dijo: Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es. Él dijo: Creo, Señor. Y se postró ante él.