Lectura diaria de la Biblia
domingo, 31 de agosto de 20081 de septiembre 2008 – Lunes
Hoy se cumple esta escritura
Fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era de costumbre los sábados y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor. Y enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír. Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: ¿No es este el hijo de José? Y Jesús les dijo: Sin duda me recitaréis aquel refrán: “Médico cúrate a ti mismo”; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún. Y añadió: Os aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Serepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo: Sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio. Al oír esto todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.
1Co 2, 1-5; Sal 118, 97-102 . Lucas 4, 16-30