26 de junio 2022 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Hemos sido llamados por Dios y llamados para permanecer con Jesús, unidos a Él. Es precisamente la “vida en Cristo” lo que garantiza la fidelidad de nuestro servicio. Contemplarlo, adorarlo y abrazarlo en nuestro encuentro con Cristo en la Eucaristía, en nuestra vida de oración, en nuestros momentos de adoración, y también reconocerlo presente y abrazarlo en las personas más necesitadas.
1Reyes 19, 16b.19-21: El Señor dijo a Elías en el monte Horeb: Unge profeta sucesor suyo a Eliseo, hijo de Safat, de Abel Mejolá. Partió Elías de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, quien se hallaba arando. Frente a él tenía doce yuntas; él estaba con la duodécima. Pasó Elías a su lado y le echó su manto encima. Entonces Eliseo abandono los bueyes y echó a correr tras Elías, diciendo: Déjame ir a despedir a mi padre y a mi madre y te seguiré. Elías le respondió: Anda y vuélvete, pues ¿qué te he hecho?. Eliseo volvió atrás, tomó la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio. Con el yugo de los bueyes asó la carne y la entregó al pueblo para que comiera. Luego se levantó, siguió a Elías y se puso a su servicio.
Salmo 15, 1b-2a.5.7-11: Tú eres, Señor, el lote de mi heredad.
Gálatas 5, 1.13-18: Para la libertad, nos ha liberado Cristo. Manteneos, pues, firmes, y no dejéis que vuelvan a someteros a yugos de esclavitud. Vosotros, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; ahora bien, no utilicéis la libertad como estímulo para la carne; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor. Porque toda la ley se cumple en una sola frase, que es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero, cuidado, pues mordiéndoos y devorándoos unos a otros, acabaréis por destruiros mutuamente. Frente a ello, yo os digo: caminad según el espíritu y no realizaréis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne; efectivamente, hay entre ellos un antagonismo tal, que no hacéis lo que quisierais. Pero si sois conducidos por el espíritu, no estáis bajo la ley.
Lucas 9, 51-62: Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él. Puestos en camino entraron en una aldea de Samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron: Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?. Él se volvió y les regañó. Y se encaminaron a otra aldea. Mientras iban de camino, le dijo uno: Te seguiré a donde quiera que vayas. Jesús le respondió: Las zorras tienen madriguera y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza. A otro le dijo: Sígueme. Él respondió: Déjame primero ir a enterrar a mi padre. Le contestó: Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios. Otro le dijo: Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa. Jesús le contestó: Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios.