Archivo de enero de 2019

Lectura diaria de la Biblia

lunes, 21 de enero de 2019

21 de enero 2019 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: La Palabra de Dios es sorpresa, porque nuestro Dios es el Dios de las sorpresas: Viene y hace siempre nuevas las cosas. Es novedad. El Evangelio es novedad. Y nos pide esta docilidad a su novedad. Precisamente, en el pasaje evangélico de hoy, Jesús es claro en esto, es muy claro: vino nuevo odres nuevos. Dios debe ser recibido con esta apertura a la novedad. Y esta actitud se llama docilidad. ¿Soy yo dócil a la Palabra de Dios o hago siempre lo que yo creo que es la Palabra de Dios? ¿O hago pasar la Palabra de Dios por un alambique y al final es otra cosa de aquello que Dios quiere hacer? Si yo hago esto, me convierto en algo peor (24-1-2014).

Como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vinieron unos y le preguntaron a Jesús: Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?. Jesús les contesta: ¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Mientras el esposo está con ellos, no pueden ayunar. Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán en aquel día. Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto -lo nuevo de lo viejo- y deja un roto peor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos.

Hebreos 5, 1-10; Salmo 109, 1-4 . Marcos 2, 18-22

Lectura diaria de la Biblia

domingo, 20 de enero de 2019

20 de enero 2019 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

JORNADA MUNDIAL DE LAS MIGRACIONES

Papa Francisco: El Evangelio de este domingo presenta el evento prodigioso sucedido en Caná, un pueblo de Galilea, durante la fiesta de una boda en la que también participaron María y Jesús, con sus primeros discípulos (cf jn 2, 1-11). La madre dice al Hijo que falta vino y Jesús, después de responder que todavía no ha llegado su hora, sin embargo acoge su petición y da a los novios el mejor vino de toda la fiesta. El evangelista subraya que este fue el primero de los signos que Jesús realizó; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en Él. Pero el milagro de Caná no tiene que ver solo con los esposos. Cada persona humana está llamada a encontrar al Señor en su vida. La fe cristiana es un don que recibimos con el bautismo y que nos permite encontrar a Dios. La fe atraviesa tiempos de alegría y de dolor, de luz y de oscuridad, como en toda autentica experiencia de amor. El relato de las bodas de Caná nos invita a redescubrir que Jesús no se presenta a nosotros como un juez preparado para condenar nuestras culpas, ni como un comandante que nos impone seguir ciegamente sus órdenes; se manifiesta como salvador de la humanidad, como hermano, como nuestro hermano mayor, hijo del Padre: se presenta como Aquél que responde a las esperanzas y a las promesas de alegría que habitan en el corazón de cada uno de nosotros. Entonces podemos preguntarnos: ¿Verdaderamente conozco de este modo al Señor? ¿Lo siento cercano a mí, a mi vida? Se trata de darse cuenta de que Jesús nos busca y nos invita a hacerle espacio en lo íntimo de nuestro corazón (17-1-2016).

Isaías 62, 1-5: Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán su justicia, y los reyes, tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán abandonada, ni a tu tierra desbastada; a ti te llamarán Mi predilecta, y a tu tierra Desposada; porque el Señor te prefiere a ti y tu tierra tendrá un esposo. Como un joven se desposa con una doncella, así se desposan tus constructo0res. Como se regocija el marido con su esposa, se regocija tu Dios contigo.

Salmo 95, 1-3.7-10: Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

1Corintios 12, 4-11: Hay diversidad de carismas, pero un mismo espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del espíritu para el bien común. Y así uno recibe del espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo espíritu. Hay quien, por el mismo espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo espíritu, don de curar. A este le han concedido hacer milagros; a aquel, profetizar. A otro, distinguir los buenos y los malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas. El mismo y único espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

Juan 2, 1-11: Había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino y la madre de Jesús le dice: no les queda vino. Jesús le dice: Mujer ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora. Su madre dice a los sirvientes: Haced lo que él os diga. Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo: Llenad las tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó: Sacad ahora, y llevadlo al mayordomo. Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes si lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice: Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú en cambio has guardado el vino bueno hasta ahora. Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

domingo, 20 de enero de 2019

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 19 de enero de 2019

19 de enero 2019 – sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: San Mateo: ¡cómo robaba ese! Además, como traicionaba a su pueblo. Y dice el Evangelio que, por la noche, Jesús fue a cenar con él y otros como él. San Ambrosio tiene una frase que a mí me conmueve mucho: “donde hay misericordia, está el espíritu de Jesús. Donde hay rigidez, están solamente sus ministros” (20-9-2015).

Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él y les enseñaba. Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos y le dijo: Sígueme. Se levantó y lo siguió. Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran ya muchos los que lo seguían. Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos: ¿Por qué come con publicanos y pecadores?. Jesús lo oyó y les dijo: No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

Hebreos 4, 12-16; Salmo 18, 8-10.15 . Marcos 2, 13-17

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 18 de enero de 2019

18 de enero 2019 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

OCTAVARIO DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

Papa Francisco: Era tanta la gente delante de la casa donde estaba Jesús que tuvieron que abrir el techo y descolgar la camilla en la que estaba el enfermo. Tenían fe, la misma fe que esa señora que también, en medio de la multitud, cuando Jesús iba a casa de Jairo, tocó el borde de su manto para ser sanada. Aquí, da un paso más: no sólo sana a los enfermos sino que les perdona los pecados. ¿Cómo es mi fe en Jesucristo? ¿Creo que Jesucristo es Dios, es el Hijo de Dios? ¿Y esa fe me cambia la vida? (15-1-2016).

Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta y les proponía la palabra. Y vinieron trayéndole un paralítico llevado entre cuatro y, como no podían presentárselo por el gentío, levantaron la techumbre encima de donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: ¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados sino solo uno, Dios?. Jesús se dio cuenta enseguida de lo que pensaban y les dijo: ¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decir al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate, toma la camilla y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados –dice al paralítico-: “Te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”. Se levantó, tomó inmediatamente la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo: Nunca hemos visto una cosa igual.

Hebreos 4.1-5.11; Salmo 77, 3-8 . Marcos 2, 1-12

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jueves, 17 de enero de 2019

17 de enero 2019 – Jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas –un gesto de adoración- y le dijo: “Si quieres, puedes limpiarme”. Desafía al Señor diciendo: “Yo soy un derrotado en la vida –el leproso era un derrotado por no poder hacer vida social, era siempre descartado, dejado de lado- ¡pero tú puedes transformar esta derrota en victoria!” Es decir: “Si quieres, puedes purificarme”. Ante esto Jesús tuvo compasión, extendió su mano, lo tocó y le dijo: “Quiero, queda limpio”. Así, simplemente: esta batalla ha terminado en dos minutos con la victoria; la otra, todo el día, con la derrota. Este hombre tenía algo que lo empujaba a ir donde Jesús y lanzarle ese desafío. ¡Tenía fe!… Pidamos al Señor la gracia de rezar con fe, de estar seguros de que todo lo que le pedimos nos será dado, con esa seguridad que nos da la fe. Y esta es nuestra victoria: ¡nuestra fe! (13-1-2016).

Se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: Si quieres, puedes limpiarme. Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo: Quiero: queda limpio. La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, Para que le sirva de testimonio. Pero, cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.

Hebreos 3, 7-14; Salmo 94, 6-11 . Marcos 1, 40-45

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miércoles, 16 de enero de 2019

16 de enero 2019 – Miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Jesús, después de haber predicado el sábado en la sinagoga, cura a muchos enfermos. Predicar y curar: esta es la actividad principal de Jesús en su vida pública. Con la predicación anuncia el reino de Dios, y con la curación demuestra que está cerca, que el reino de Dios está en medio de nosotros. Al entrar en la casa de Simón Pedro, Jesús ve que su suegra está en la cama con fiebre; enseguida le toma la mano, la cura y la levanta… Jesús, que vino al mundo para anunciar y realizar la salvación de todo el hombre y de todos los hombres, muestra una predilección particular por quienes está heridos en el cuerpo y en el espíritu: los pobres, los pecadores, los endemoniados, los enfermos, los marginados. Así, Él se revela médico, tanto de las almas como de los cuerpos, buen samaritano del hombre. Es el verdadero Salvador: Jesús salva, Jesús cura, Jesús sana (8-2-2015).

Al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron: Todo el mundo te busca. Él les responde: Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido. Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

Hebreos 2, 14-18; Salmo 104, 1-9 . Marcos 1, 29-39

Lectura diaria de la Biblia

lunes, 14 de enero de 2019

14 de enero 2019 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: ¿Cuántos de vosotros leéis cada día un pasaje del Evangelio? Tener el Evangelio entre las manos, tener el Evangelio sobre la mesilla, tener el Evangelio en la cartera, tener el Evangelio en el bolsillo y abrirlo para leer la palabra de Jesús: así viene el reino de Dios. El contacto con la palabra de Jesús nos acerca al reino de Dios. Pensadlo bien: un Evangelio pequeño siempre al alcance de la mano, se abre y se lee lo que dice Jesús, y Jesús está allí (26-7-1914).

Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el evangelio de Dios. Decía: Se ha cumplido el tiempo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el evangelio. Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaba en la barca repasando las redes. A continuación, los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.

Hebreos 1, 1-6; Salmo 96, 1-2.6-7.9 . Marcos 1, 14-20

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domingo, 13 de enero de 2019

13 de enero 2019 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

Papa Francisco: Hoy, fiesta del Bautismo de Jesús, el Evangelio nos presenta el episodio ocurrido a orillas del río Jordán: en medio de la muchedumbre penitente que avanza hacia Juan Bautista para recibir el bautismo también se encuentra Jesús –hacía fila-. Juan quería impedírselo diciendo: Soy yo el que necesita ser bautizado por ti (Mt 3, 14). En efecto, el Bautista es consciente de la gran distancia que hay entre él y Jesús. Pero Jesús vino precisamente para quitar la distancia entre el hombre y Dios: Si Él está completamente de parte de Dios también está completamente de parte del hombre, y reúne aquello que estaba dividido. Por eso pide a Juan que lo bautice, para que se cumpla toda justicia, es decir, se realice el proyecto del Padre, que pasa a través de la vía de la obediencia y de la solidaridad con el hombre frágil y pecador, la vía de la humildad y de la plena cercanía de Dios a sus hijos. ¡Porque Dios está muy cerca de nosotros, mucho! Esta fiesta nos hace redescubrir el don de la belleza de ser un pueblo de bautizados, es decir, de pecadores –todos lo somos- de pecadores salvador por la gracia de Cristo, injertados realmente, por obra del Espíritu Santo, en la relación filial de Jesús con el Padre, acogidos en el seno de la madre Iglesia, hechos capaces de una fraternidad que no conoce confines ni barreras (8-1-2017).

Isaías 42, 1-4.6-7: Esto dice el Señor: Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco. He puesto mi Espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará. Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará hasta implantar la justicia en el país. En su ley esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te tomé de la mano, te formé he hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan en tinieblas.

Salmo 28, 1-4.9-10: El Señor bendice a su pueblo con la paz.

Hechos 10, 34-38: Pedro tomó la palabra y dijo: Ahora comprendo con toda verdad que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los hijos de Israel anunciando la buena nueva de la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.

Lucas 3, 15-16.21-22: Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos: Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo: Tú eres mi hijo, el amado: en ti me complazco.

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 12 de enero de 2019

12 de enero 2019 – sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: La voz del Bautista grita también hoy en los desiertos de la humanidad, que son las mentes cerradas y los corazones duros, y nos hacen preguntarnos si en realidad estamos en buen camino, viviendo una vida según el Evangelio. Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos. Es una apremiante invitación a abrir el corazón y acoger la salvación que Dios nos ofrece incesantemente, casi con terquedad, porque nos quiere a todos libres de la esclavitud del pecado. Ninguno de nosotros puede decir: yo soy santo, yo soy perfecto, yo ya estoy salvado. No. Siempre debemos acoger este ofrecimiento de la salvación (6-12-2015).

Fue Jesús con sus discípulos a Judea, se quedó allí con ellos y bautizaba. También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salín, porque había allí agua abundante; la gente acudía y se bautizaba. A Juan todavía no le habían metido en la cárcel. Se originó entonces una discusión entre un judío y los discípulos de Juan acerca de la purificación; ellos fueron a Juan y le dijeron: Rabí, el que estaba contigo en la otra orilla del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ése está bautizando y todo el mundo acude a él. Contestó Juan: Nadie puede tomarse algo para sí, si no se lo dan desde el Cielo. Vosotros mismos sois testigos de que yo dije: “Yo no soy el Mesías, sino que me han enviado delante de él”. El esposo, que asiste y lo oye, se alegra con la voz del esposo; pues esta alegría mía está colmada. Él tiene que crecer y yo tengo que menguar.

1Juan 5, 14-21; Salmo 149, 1-6.9 . Juan 3, 22-30