Archivo de febrero de 2012

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 10 de febrero de 2012

10 de febrero 2012 – Viernes

 

Mundo: Huir de los que hacen mal es razonable, huir de Cristo sólo es posible cuando no se conoce su amor y misericordia con los enfermos de cuerpo y alma.

 

Fe: La propia experiencia hace exclamar al cristiano: Jesús todo lo hace bien.

 

Dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y mirando al cielo, suspiró y le dijo: Effetá, esto es: Ábrete. Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.

 

1R 11, 29-32.12, 19; Sal 80, 10-15 . Marcos 7, 31-37

Lectura diaria de la Biblia

jueves, 9 de febrero de 2012

9 de Febrero 2012 – Jueves

 

Mundo: El mundo no conoce la humildad ni la perseverancia en la oración: por eso muchos se quedan sin la necesaria ayuda de Cristo.

 

Fe: La fe en el poder de Jesús hace milagros en quienes acuden a él.

 

Jesús fue a la región de Tiro. Se alojó en una casa, procurando pasar desapercibido, pero no lo consiguió; una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró enseguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era griega, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija. Él le dijo: Deja que coman primero los hijos. No está bien echarles a los perros el pan de los hijos. Pero ella replicó: Tienes razón, Señor; pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños. Él le contestó: Anda, vete, que, por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija. Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en al cama; el demonio se había marchado.

 

1R 11, 4-1; Sal 105, 3-4.35-40 . Marcos 7, 24-30

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 8 de febrero de 2012

8 de Febrero 2012 – Miércoles

 

Mundo: Las malas influencias externas sólo dañan si llegan al corazón. ¿Son conscientes los alejados de que la llave de su corazón la tiene Cristo que los ama?

 

Fe: El discípulo de Jesús aprende de él a ser manso, humilde y puro de corazón.

 

Llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír, que oiga. Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. Él les dijo: ¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina. Con esto declaraba puros todos los alimentos. Y siguió: Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.

 

1R 10, 1-10; Sal 36, 5-6.30-31.39-40 . Marcos 7, 14-23

Lectura diaria de la Biblia

martes, 7 de febrero de 2012

7 de Febrero 2012 – Martes

 

Mundo: Cristo no rechazó al fariseo que lo busca, aunque fuera de noche.

 

Fe: El que sigue a Jesús, lo honra con los labios, con el corazón y con la vida.

 

Se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas). Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: ¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?. Él les contestó: Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos”. Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres. Y añadió: Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre” y “el que maldiga a su padre o a su madre tiene pena de muerte”; en cambió, vosotros decís: Si uno le dice a su padre o a su madre: “Los bienes con que podría ayudarte los ofrezco al templo”, ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os transmitís; y como éstas hacéis muchas.

 

1R 8, 22-23.27-30; Sal 83, 3-11 . Marcos 7, 1-13 

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lunes, 6 de febrero de 2012

6 de Febrero 2012 – Lunes

 

Mundo: Siempre ha habido sufrimiento: si no se tiene a Cristo, tampoco tiene sentido sufrir sin remedio.

 

Fe: Todo el mundo busca a Jesús, porque sólo en él está la salvación.

 

Jesús y sus discípulos, terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron, y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente donde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.

 

1R 8, 1-7.9-13; Sal 131, 6-10 . Marcos 6, 53-56 

Lectura diaria de la Biblia

domingo, 5 de febrero de 2012

5 de febrero 2012 – Domingo

 

Mundo: Esta vida es un soplo: es un error vivir como si todo comenzara y acabara en este mundo.

 

Fe: ¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!

 

Jb 7, 1-4.6-7: Habló Job diciendo: El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio, sus días son los de un jornalero. Como el esclavo, suspira por la sombra; como el jornalero, aguarda el salario. Mi herencia son meses baldíos, me asignan noches de fatiga; al acostarme pienso: ¿Cuándo me levantaré? Se alarga la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba. Mis días corren más que la lanzadera y se consumen sin esperanza. Recuerdo que mi vida es un soplo, y que mis ojos no verán más la dicha.

 

Sal 146, 1-6: Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.

 

1Co 9, 16-19.22-23: El hecho de predicar no es para mí motivo de soberbia. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el evangelio! Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero si lo hago a pesar mío es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación de esta Buena Noticia. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos. Y hago todo esto por el evangelio, para participar yo también de sus bienes.

 

Marcos 1, 29-39: Al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y poseídos. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: Todo el mundo te busca. Él les respondió: Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he venido. Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando demonios.

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 4 de febrero de 2012

4 de Febrero 2012 – Sábado

 

Mundo: Los alejados tienen un lugar en el corazón de Cristo, que tiene lástima de ellos, porque andan como ovejas sin pastor.

 

Fe: Venid vosotros solos a un sitio tranquilo: a solas con Jesús se encuentra el descanso del cuerpo y la fortaleza del alma.

 

Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco. Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

 

1R 3, 4-13; Sal 118, 9-14 . Marcos 6, 30-34 

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viernes, 3 de febrero de 2012

3 de Febrero 2012 – Viernes

 

Mundo: Cuando sólo cuenta la opinión del mundo, la vida va sin rumbo.

 

Fe: La verdad siempre triunfa, aunque haya que pasar por el martirio.

 

Como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían: Juan Bautista ha resucitado. Herodes, al oírlo decía: Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado. Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: Pídeme lo que quieras, que te lo doy. Y le juró: Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino. Ella salió a preguntarle a su madre: ¿Qué le pido?. La madre le contestó: La cabeza de Juan, el Bautista. Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista. El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. Enseguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

 

Si 47, 2-13; Sal 17, 31.47-51 . Marcos 6, 14.16-29 

Lectura diaria de la Biblia

jueves, 2 de febrero de 2012

2 de Febrero 2012 – Jueves

 

Mundo: Los importantes, no se enteraron de que Cristo entraba en el templo. El anciano Simeón acertó: Cristo era y es bandera discutida por los importantes.

 

Fe: Jesús es luz para alumbrar a las naciones y gloria de Israel.

 

FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR

 

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma. Había también una profetisa Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayuno y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

 

MI 3, 1-4; Sal 23, 7-10; Hb 2, 14-18 . Lucas 2, 22-40 

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miércoles, 1 de febrero de 2012

1 de febrero 2012 – Miércoles

Mundo: Los nazarenos de entonces, como los “listos” de hoy, se escandalizan de que un pobre carpintero, Cristo, hable con autoridad y haga milagros. Si abrieran los ojos…

Fe: Jesús se extrañó de su falta de fe: ¡Tú puedes aumentar la fe de tus discípulos!

Fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: ¿De donde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos?

¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?. Y esto les resultaba escandaloso. Jesús les decía: No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa. No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

2S 24, 2.9-17; Sal 31, 1-6 . Marcos 6, 1-6