Archivo de diciembre de 2010

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 3 de diciembre de 2010

3 de diciembre 2010 – Viernes

 

Mundo: Lo peor de los que viven sin Dios es obstinarse en permanecer a oscuras, sin la luz de la fe.

 

Fe: Ten compasión de nosotros, Hijo de David: auméntanos la fe.

 

Dos ciegos seguían a Jesús, gritando: Ten compasión de nosotros, Hijo de David. Al llegar a la casa se acercaron los ciegos, y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacerlo?. Contestaron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Que os suceda conforme a vuestra fe. Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente: ¡Cuidado con que lo sepa alguien!. Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.  

Is  29, 17-24; Sal 26, 1.4.13-14 . Mateo 9, 27-31

Lectura diaria de la Biblia

jueves, 2 de diciembre de 2010

2 de diciembre 2010 – Jueves

 

Mundo: Escuchad la palabra y despreciarla es edificar la vida sobre arena: está llamada a la ruina total.

 

Fe: No todo el que dice “Señor, Señor” entrará en el reino, sino el que cumple la voluntad de mi Padre.

 

Dijo Jesús a sus discípulos: No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. El que escucha estas palabras mías, y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.

Is  26, 1-6; Sal 117, 1.8-9.19-21.25-27a . Mateo 7, 21.24-27

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 1 de diciembre de 2010

1 de diciembre 2010 – Miércoles

 

Mundo: Me da lástima de la gente… y no quiero despedirlos en ayunas. El ansia de felicidad del corazón humano sólo puede llenarla Dios.

 

Fe: Con los siete panes y unos peces, Jesús sació a una muchedumbre, y sobraron siete cestas. ¡Qué inmenso, el poder de Jesús!

 

Jesús, bordeando el lago de Galilea, subió al monte y se sentó en él. Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los echaban a sus pies, y él los curaba. La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y dieron gloria al Dios de Israel. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: Me da lástima de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen que comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino. Los discípulos le preguntaron: ¿De donde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?. Jesús les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis?. Ellos contestaron: Siete y unos pocos peces. Él mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente. Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete cestas llenas.

Is  25, 6-10a; Sal 22, 1-6 . Mateo 15, 29-37