Archivo de agosto de 2010

Lectura diaria de la Biblia

lunes, 9 de agosto de 2010

10 de agosto 2010 – Martes

 

Mundo: Quien no cree en Dios ni ama a Dios, se ama a sí mismo y se pierde.

 

Fe: La semilla ha de morir para dar fruto: morir con Jesús es estar con él en la vida.

 

Dijo Jesús a sus discípulos: Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama así mismo se pierde, y el que se aborrece así mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirve, el Padre lo premiará.

 

2Co  9, 6-10; Sal 111, 1-2.5-9 . Juan 12, 24-26

Lectura diaria de la Biblia

lunes, 9 de agosto de 2010

9 de agosto 2010 – Lunes

 

Mundo: Siempre ha habido –y hay- enemigos de Cristo y de su Iglesia: no hay que tenerles miedo, porque no pueden matar el alma.

 

Fe: No tengáis miedo: si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo me pondré de su parte ante mi Padre.

 

Dijo Jesús a sus discípulos: No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.

 

Si  51, 1-8; Sal 30, 3-6.16-17 . Mateo 10, 28-33

Lectura diaria de la Biblia

domingo, 8 de agosto de 2010

8 de Agosto 2010 – Domingo

 

Mundo: Quien no tiene más horizonte que esta vida, ¿cómo va a vender sus vienes y dar limosna? Su tesoro está aquí, y para aquí quiere atesorar.

 

Fe: Donde está vuestro tesoro, está vuestro corazón. El tesoro del hombre de fe es la fe misma en el Dios que nos da el reino, y lo demás por añadidura.

 

Sb 18, 6-9: La noche de la liberación se les anunció de antemano a nuestros padres, para que tuvieran ánimo al conocer con certeza la promesa de que se fiaban. Tu pueblo esperaba ya la salvación de los inocentes y la perdición de los culpables. Pues con una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas llamándonos a ti. Los hijos piadosos de un pueblo justo ofrecían sacrificio a escondidas y de común acuerdo se imponían esta ley sagrada: que todos los santos serían solidarios en los peligros y en los bienes; y empezaron a entonar los himnos tradicionales.

 

Sal 32, 1.12.18-22: Dichoso el pueblo a quien Dios escogió como heredad.

 

Hb 11, 1-2.8-19: La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve. Por su fe son recordados los antiguos: por fe obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber a donde iba. Por fe vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas –y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa- mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios. Por fe también Sara, cuando ya le había pasado la edad, obtuvo fuerza para fundar un linaje, porque se fió de la promesa. Y así de una persona, y esa estéril, nacieron hijos numerosos, como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas. Con fe murieron todos estos, sin haber recibido la tierra prometida; pero viéndola y saludándola de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra. Es claro que los que así hablan, están buscando una patria; pues si añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver. Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo. Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenía preparada una ciudad. Por fe Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac: y era su hijo único lo que ofrecía, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios: Isaac continuará tu descendencia. Pero Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para resucitar muertos. Y así recobró a Isaac como figura del futuro.

 

Lucas 12, 32-48: Dijo Jesús a sus discípulos: No temas, pequeño rebaño; porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino. Vended vuestros bienes, y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, a donde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón. Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas: Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle, apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y si llega entrada la noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos. Comprended que si supiera el dueño de la casa a que hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis, viene el Hijo del hombre. Pedro le preguntó: Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?. El Señor le respondió: ¿Quién es el administrador fiel y solícito a quién el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo al llegar lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: “Mi amo tarda en llegar”, y empieza a pegarle a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse; llegará el amo de ese criado el día y la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 6 de agosto de 2010

7 de agosto 2010 – Sábado

 

Mundo: ¡Generación perversa e infiel! Pero llamada, como todos los hombres, a beneficiarse de la palabra y el poder de Cristo.

 

Fe: Si fuera vuestra fe como un grano de mostaza, diríais a esa montaña que viniera y vendría.

 

Se acercó a Jesús un hombre, que le dijo de rodillas: Señor, ten compasión de mi hijo, que tiene epilepsia y le dan ataques; muchas veces se cae en el fuego o en el agua. Se lo he traído a tus discípulos, y no han sido capaces de curarlo. Jesús contestó: ¡Generación perversa e infiel! ¿Hasta cuando tendré que estar con vosotros? ¿Hasta cuando os tendré que soportar? Traédmelo. Jesús increpó al demonio, y salió; en aquel momento se curó el niño. Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: ¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros?. Les contestó: Por vuestra poca fe. Os aseguro que si fuera vuestra fe como un grano de mostaza, le diríais a aquella montaña que viniera aquí y vendría. Nada os sería imposible.

 

Ha  1, 12-2, 4; Sal 9, 8-13 . Mateo 17, 14-20

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 6 de agosto de 2010

6 de agosto 2010 – Viernes

 

Mundo: La ley y los profetas arropan al Mesías, a quien el Padre declara su Hijo escogido. Pero ¿qué importan a los incrédulos ley, profetas, Mesías y Dios?

 

Fe: ¡Qué bien se está junto a Jesús glorioso! Los tres apóstoles no se sentirán tan bien en Getsemani. Con Jesús, en todo momento.

 

FIESTA DE LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR

 

Jesús se llevó a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: Maestro, que bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle. Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

 

2P  1, 16-19; Sal 96, 1-2.5-6.9 . Lucas 9, 28b-36

Lectura diaria de la Biblia

jueves, 5 de agosto de 2010

5 de agosto 2010 – Jueves

 

Mundo: ¿Qué dicen los incrédulos que es Cristo? Todo lo más, un líder carismático, que fracasó muriendo en la cruz.

 

Fe: Con Pedro, confesamos nuestra fe en Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios, que se entrega a la muerte para librarnos de ella.

 

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?. Ellos contestaron: Unos que Juan Bautista, otros que Elías,  otros que Jeremías o uno de los profetas. Él les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Simón Pedro tomó la palabra y dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo. Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías. Desde entonces empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevo aparte y se puso a increparlo: ¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte. Jesús se volvió y dijo a Pedro: Quítate de mi vista Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.

 

Jr  31, 31-34; Sal 50, 12-15.18-19 . Mateo 16, 13-23

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 4 de agosto de 2010

4 de agosto 2010 – Miércoles

 

Mundo: ¿Podrían gritar, aún sin tener fe: Ten compasión de mí, Señor? Cristo no miraría para otro lado.

 

Fe: Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.

 

Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: Ten compasión de mi, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo. Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: Atiéndela, que viene detrás gritando. Él les contestó: Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel. Ella los alcanzó y se postró ante él y le pidió: Señor, socórreme. Él le contestó: No está bien echar a los perros el pan de los hijos. Pero ella repuso: Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos. Jesús le respondió: Mujer, qué grande es tu fe; que se cumpla lo que deseas. En aquel momento quedó curada su hija.

 

Jr  31, 1-7; Sal Jr 31, 10-13 . Mateo 15, 21-28

Lectura diaria de la Biblia

martes, 3 de agosto de 2010

3 de agosto 2010 – Martes

 

Mundo: Quienes no aceptan la realidad de Cristo lo ven como un fantasma, y su divinidad como un mito.

 

Fe: Con Jesús se puede caminar sobre las aguas de la muerte: ¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado? ¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!

 

Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo enseguida: ¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!. Pedro le contestó: Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua. Él le dijo: Ven. Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; Pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: Señor, sálvame. Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: ¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado? En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él, diciendo: Realmente eres Hijo de Dios. Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar, apenas lo reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron donde él a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto, y cuantos la tocaron quedaron curados.

 

Jr  30, 1-2.12.18-22; Sal 101, 16-23.29 . Mateo 14, 22-36

Lectura diaria de la Biblia

lunes, 2 de agosto de 2010

2 de agosto 2010 – Lunes

 

Mundo: Al ver Cristo el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Si se acercaran a él los que no tienen fe…

 

Fe: Dadles vosotros de comer: el que tiene fe ha de compartirla y contagiarla a los que no creen.

 

Al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer. Jesús les replicó: No hace falta que vayan, dadle vosotros de comer. Ellos le replicaron: Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces. Les dijo: Traédmelos. Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

 

Jr  28, 1-17; Sal 118, 29.43.79.80.95.102 . Mateo 14, 13-21

Lectura diaria de la Biblia

domingo, 1 de agosto de 2010

1 de Agosto 2010 – Domingo

 

Mundo: La parábola describe al hombre sin Dios: Tienes bienes acumulados, túmbate, come, bebe y date buena vida… pero: Necio, esta noche te van a exigir la vida.

 

Fe: El cristiano sabe que la vida no depende de sus bienes: guardaos de toda clase de codicia. Lo único importante es ser rico ante Dios.

 

Qo 1, 2; 2, 21-23: ¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet; vanidad de vanidades, todo es vanidad! Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. También esto es vanidad y grave desgracia. Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol? De día su tarea es sufrir y penar, de noche no descansa su mente. También esto es vanidad.

 

Sal 89, 3-6.12-14.17: Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

 

Col 3, 1-5.9-11: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios, aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto; y vuestra vida está en Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria. Dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría. No sigáis engañandoos unos a otros. Despojaos de la vieja condición humana, con sus obras, y revestíos de la nueva condición, que ya se va renovando como imagen de su creador, hasta llegar a conocerlo. En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres; porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos.

 

Lucas 12, 13-21: Dijo uno del público a Jesús: Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia. Él le contestó: Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?. Y dijo a la gente: Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes. Y les propuso una parábola: Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha”. Y entonces me diré a mí mismo “Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años: túmbate, come, bebe, y date buena vida”. Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado ¿de quién será?. Así será el que amasa riqueza para sí y no es rico ante Dios.