Archivo de junio de 2022

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 4 de junio de 2022

4 de junio 2022 – sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Pedro cae en esta tentación: mirad las vidas de los demás, meter la nariz en la vida de los demás. Y Jesús lo toma con fuerza, no de manera tan dura como cuando le dijo: “Quítate de mi vista, Satanás”, pero le responde: “Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa?”. El pastor ama, pastorea, se prepara para la cruz, despojado, y no mete la nariz en la vida de los demás, no pierde el tiempo en las ternas, ternas eclesiásticas. Él ama, pastorea y se prepara, y cae en la tentación.

Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: Señor, ¿quién es el que te va a entregar?. Al verlo, Pedro dice a Jesús: Señor, y este ¿qué?. Jesús le contesta: Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme. Entonces empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?. Este es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni el mundo podría contener los libros que habría que escribir.

Hechos 28, 16-20.30-31; Salmo 10, 4.5.7 . Juan 21, 20-25

Lectura diaria de la Biblia

jueves, 2 de junio de 2022

3 de junio 2022 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El don del Espíritu Santo ha sido dado en abundancia a la Iglesia y a cada uno de nosotros, para que podamos vivir con fe genuina y caridad operante, para que podamos difundir la semilla de la reconciliación y de la paz. Reforzados por el Espíritu Santo llegamos a ser capaces de luchar, sin concesión alguna, contra el pecado, contra la corrupción que, día tras día, se extiende cada vez más en el mundo, y de dedicarnos con paciente perseverancia a las obras de la justicia y de la paz.

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, le dice a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?”. Él le contestó: “Si, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dice: “Apacienta mis corderos”. Por segunda vez le pregunta: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”. Él le contesta: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Él le dice: “Pastorea mis ovejas”. Por tercera vez le pregunta: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”. Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: “¿Me quieres?” y le contestó: Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero”. Jesús le dice: “Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas a donde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras”. Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: “Sígueme”.

Hechos 25, 13b-21; Salmo 102, 1bc-2.11-12.19-20ab . Juan 21, 15-19

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 1 de junio de 2022

2 de junio 2022 – jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Abramos nuestro corazón a la acción del Espíritu Santo para caminar juntos hacia el día bendito en que reencontremos nuestra plena comunión. Y cuando la desunión nos haga pesimistas, poco animosos, desconfiados, vayamos todos bajo el manto de la Santa Madre de Dios. Cuando en el alma cristiana hay turbulencias espirituales, solamente bajo el manto de la Santa Madre de Dios encontramos paz. Que Ella nos ayude en este camino.

Levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo: “Padre Santo, no solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mi por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo, donde yo estoy, y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos”.

Hechos 22, 30; 23, 6-11; Salmo 15, 1-2.5.7-11 . Juan 17, 20-26