Archivo de diciembre de 2016

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 21 de diciembre de 2016

21 de Diciembre 2016 – Miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El servicio a Dios se realiza de diversos modos, en particular en la oración y en la adoración, en el anuncio del Evangelio y en el testimonio de la caridad. Y siempre el icono de la Iglesia es la Virgen María, la sierva del Señor. Inmediatamente después de haber recibido el anuncio del ángel y haber concebido a Jesús, María parte a toda prisa para ir a ayudar a su anciana pariente Isabel. Visitándola, la Virgen María no le llevó sólo una ayuda material; también esto, pero llevó a Jesús, que ya vivía en su vientre. Llevar a Jesús a aquella casa quería decir llevar alegría, la alegría plena. La Virgen quiere traernos también a nosotros el gran don que es Jesús; y con Él nos trae su amor, su paz, su alegría.

Unos días después, María se puso en camino y fue a prisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

Cantares 2, 8-14; Salmo 32, 2-3.11-12.20-21 . Lucas 1, 39-45

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martes, 20 de diciembre de 2016

20 de Diciembre 2016 – Martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: María instaura un vínculo de parentesco con Jesús antes aún de darlo a luz: se convierte en discípula y madre de su Hijo en el momento en que acoge las palabras del ángel y dice: He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra (Lc 1, 38). Este hágase no es sólo aceptación, sino también apertura confiada al futuro. ¡Este hágase es esperanza!

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Y María dijo al ángel: ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?. El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios no hay nada imposible. María contestó: Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y la dejó el ángel.

Isaías 7, 10-14; Salmo 23, 1-6 . Lucas 1, 26-38

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lunes, 19 de diciembre de 2016

19 de Diciembre 2016 – Lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Isabel y Zacarías están felices por el embarazo que parecía imposible a su edad, pero es la joven María quien les lleva la alegría plena, la que viene de Jesús –que vivía en su vientre-, y del Espíritu Santo y se expresa en la caridad gratuita, en compartir, en ayudarse, en comprenderse. Y nosotros, que somos la Iglesia, ¿cuál es el amor que llevamos a los demás? ¿Es el amor de Jesús, que comparte, que perdona, que acompaña?

Una vez que Zacarías oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del señor, con el Espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia lo hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto. Zacarías replicó al ángel: ¿Cómo estaré seguro de eso? porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada. El ángel le contestó: Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios, he sido enviado para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedaras mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento. Días después concibió Isabel, su mujer.

Jueces 13, 2-7.24-25a; Salmo 70, 3-6.16-17 . Lucas 1, 8-20.24

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domingo, 18 de diciembre de 2016

18 de Diciembre 2016 – Domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: María, después de acoger el anuncio del ángel, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. Cuando José se dio cuenta del hecho, quedó desconcertado. José quiere hacer la voluntad de Dios y decide, seguramente con gran dolor, repudiar a María en privado. Una prueba semejante a la del sacrificio de Abrahán, cuando Dios le pidió el hijo Isaac (cf. Gén 22): renunciar a lo más precioso, a la persona más amada. Pero, como en el caso de Abrahán el Señor interviene: encontró la fe que buscaba y abre un camino distinto, una vía de amor y de felicidad. Nos disponemos entonces a celebrar la Navidad contemplando a María y a José: María, la mujer llena de gracia que tuvo la valentía de fiarse totalmente de la Palabra de Dios; José, el hombre fiel y justo que prefirió creer al Señor en lugar de escuchar las voces de la duda y el orgullo humano. Con ellos, caminamos juntos hacia Belén.

Isaías 7, 10-14: Dijo el Señor a Acaz: Pide una señal al Señor tu Dios en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo. Respondió Acaz: No la pido, no quiero tentar al Señor. Entonces dijo Dios: Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres que cansáis incluso a Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal. Mirad: la virgen está en cinta y dará a luz un hijo, y le pone por nombre Emmanuel (que significa: “Dios-con-nosotros”)

Salmo 23, 1-6: Va a entrar el Señor: él es el rey de la gloria.

Romanos 1, 1-7: Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el evangelio de Dios. Este evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras Santas, se refiere a su Hijo, nacido, según lo humano, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de David, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo nuestro Señor. Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús. A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo, os deseo la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Mateo 1, 18-24: La generación de Jesucristo fue de esta manera: la madre de Jesús estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era bueno y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta: Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”. Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

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sábado, 17 de diciembre de 2016

17 de Diciembre 2016 – Sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: En esta última semana que precede a la Navidad la Iglesia repite la oración: ¡Ven, Señor! Y haciendo así, llama al Señor con tantos nombres distintos, llenos de un mensaje sobre el Señor mismo: Oh sabiduría, oh Dios poderoso, oh raíz de Jesé, oh sol, oh rey de las naciones, oh Emanuel. La Iglesia hace esto porque está en espera de un parto. En efecto también la Iglesia, esta semana, es como María: en espera del parto. En su corazón la Virgen sentía lo que sienten todas las mujeres en ese momento. En su corazón decía seguramente al niño que llevaba en su seno. Ven, quiero mirarte a la cara porque me han dicho que serás grande. Es una experiencia espiritual que vivimos también nosotros como Iglesia, porque acompañamos a la Virgen en ese camino de espera. Y queremos apresurar este nacimiento del Señor. ¡Ven!

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Arám, Arám a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasóm a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesed, Jesed engendró a David, el rey. David, el rey de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboan, Roboan a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Jorám, Jorám a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequias, Ezequias engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Geconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia. Después del destierro de Babilonia, Geconías engendró a Saratiel, Saratiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoz, Sadoz a Aquím, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el Esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.

Génesis 49, 2.8-10; Salmo 71, 1-4.7-8.17 . Mateo 1, 1-17

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viernes, 16 de diciembre de 2016

16 de Diciembre 2016 – Viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: En Juan está la imagen y la vocación de un discípulo. La fuente de esta actitud de discípulo ya se reconoce en el episodio evangélico de la visita de María a Isabel, cuando Juan saltó de alegría en el seno de su madre. Jesús y Juan, en efecto, eran primos y tal vez se encontraron después. Pero ese primer encuentro llenó de alegría, de mucha alegría, el corazón de Juan. Y lo transformó en discípulo, en el hombre que anuncia a Jesucristo, que no se pone en el lugar de Jesucristo y que sigue el camino de Jesucristo. Es bueno preguntarnos: ¿Cuándo tuvo lugar mi encuentro con Jesucristo, ese encuentro que me llenó de alegría? Es un modo para volver espiritualmente a ese primer encuentro con el Señor, volver a la primera Galilea del encuentro: todos nosotros hemos tenido una. El secreto es precisamente volver allí: reencontrarnos con el Señor y seguir adelante por esta senda tan hermosa, en la que Él debe crecer y nosotros disminuir.

Jesús dijo a los judíos: Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan este testimonio de mí: que el Padre me ha enviado.

Isaías 56, 1-3a.6-8; Salmo 66, 2-3.5.7-8 . Juan 5, 33-36

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jueves, 15 de diciembre de 2016

15 de Diciembre 2016 – Jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Voz, no palabra; luz, pero no propia, Juan parece ser nadie. La vocación del Bautista: Rebajarse. Cuando contemplamos la vida de este hombre tan grande, tan poderoso cómo esta vida se rebaja hasta la oscuridad de una cárcel, contemplamos un misterio enorme. La oscuridad del hombre de Dios evoca el testimonio de la Beata Teresa de Calcuta. La mujer a la que todo el mundo alaba, el premio Nóbel. Pero ella sabía que en un momento de su vida, largo, existió sólo la oscuridad dentro. También Juan pasó por esta oscuridad, pero fue anunciador de Jesucristo; no se adueñó de la profecía, se convirtió en imitador de Jesucristo.

Cuando se marcharon los mensajeros de Juan, Jesús se puso a hablar a la gente de Juan: ¿Qué salisteis a contemplar en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido con lujo? Los que visten fastuosamente y viven entre placeres están en los palacios. Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Si, os digo, y más que profeta. Él es de quien está escrito: Yo envío mi mensajero delante de ti para que prepare el camino ante ti. Os digo que entre los nacidos de mujer nadie es más grande que Juan. Aunque el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él. Al oírlo, toda la gente, incluso los publicanos, que habían recibido el bautismo de Juan, bendijeron a Dios. Pero los fariseos y los maestros de la ley, que no habían aceptado su bautismo, frustraron el designio de Dios para con ellos.

Isaías 54, 1-10; Salmo 29, 2-6.11-13 . Lucas 7, 24-30

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miércoles, 14 de diciembre de 2016

14 de Diciembre 2016 – Miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El mensaje cristiano se llama Evangelio, es decir, buena noticia, un anuncio de alegría para todo el pueblo. Dios nos ayuda para robustecernos y seguir adelante. ¡Ánimo! ¡Siempre adelante! Gracias a su ayuda podemos siempre recomenzar de nuevo. ¿Cómo? ¿Recomenzar desde el inicio? Alguien puede decirme: No, Padre, yo he hecho muchas cosas… Soy un gran pecador… No puedo recomenzar desde el inicio. ¡Te equivocas! Tú puedes recomenzar de nuevo. ¿Por qué? Porque Él te espera, Él está cerca de ti, Él te ama, Él es misericordioso, Él te perdona, Él te da la fuerza para recomenzar de nuevo. ¡A todos! Entonces somos capaces de volver a abrir los ojos, de superar tristezas y llantos y entonar un canto nuevo. Esta alegría verdadera permanece también en la prueba, incluso en el sufrimiento, porque no es una alegría superficial, sino que desciende en lo profundo de la persona que se fía de Dios y confía en Él.

Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor: ¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?. Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron: Juan, el Bautista, nos ha mandado a preguntarte: ¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?. Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista. Después contestó a los enviados: Id a anunciar a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se le anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí.

Isaías 45, 6b-8.18.21b-25; Salmo 84, 9-14 . Lucas 7, 19-23

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martes, 13 de diciembre de 2016

13 de Diciembre 2016 – Martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Un hilo sonoro de silencio: así se acerca el Señor, con la sonoridad del silencio que es propia del amor. Y dice a cada hombre: Tú eres pequeño, débil pecador, pero yo te digo que te he convertido en trillo nuevo, de dientes dobles. Triturarás los montes y los desmenuzarás, y los cerros convertirás en tamo. Así, Él se hace pequeño para hacerme fuerte. Va a la muerte, en señal de esa “condescendencia”, para que yo pueda vivir. Esta es la música del lenguaje del Señor. Nosotros, preparándonos para la Navidad, tenemos que escucharla. Nos hará bien, mucho bien. Por lo general, la Navidad es una fiesta con mucho ruido. Nos hará bien un poco de silencio, para oír estas palabras de amor, de tanta cercanía, estas palabras de ternura. Debemos hacer silencio en este tiempo porque, como dice el prefacio, estamos en vigilante espera.

Dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: ¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero”. Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?. Contestaron: El primero. Jesús les dijo: Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aún después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.

Sofonías 3, 1-2.9-13; Salmo 33, 2-3.6-7.17-19.23 . Mateo 21, 28-32

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lunes, 12 de diciembre de 2016

12 de Diciembre 2016 – Lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: La historia de México no puede entenderse sin los valores cristianos que sustentan el espíritu de su pueblo. No es ajena a esto Santa María de Guadalupe, Patrona de toda América, que en más de una oportunidad, con ternura de Madre, ha contribuido a la reconciliación y a la liberación integral del pueblo mexicano, no con la espada y a la fuerza, sino con el amor y la fe. Ya desde el principio, la “Madre del verdaderísimo Dios por quien se vive” pidió a san Juan Diego que le construyera “una Casita” en la que pudiera a coger maternalmente tanto a los que “están cerca” como a los que “están lejos”. Allí encuentran la fuerza de Dios para sobrellevar los sufrimientos de la vida. Como a san Juan Diego, María les da la gracia de su consuelo maternal y les dice al oído: “No se turbe tu corazón. ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?”.

Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle: ¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?. Jesús les replicó: Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?. Ellos se pusieron a deliberar: Si decimos “del cielo”, nos dirá: “¿Por qué no le habéis creído?”. Si le decimos “de los hombres”, tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta. Y respondieron a Jesús: No sabemos. Él, por su parte, les dijo: Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.

Números 24, 2-7.15.17a; Salmo 24, 4-9 . Mateo 21, 23-27