Archivo de junio de 2016

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 10 de junio de 2016

10 de Junio 2016 – Viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: (No cometerás adulterio). “Prometo serte siempre fiel, en la prosperidad y en la adversidad…” Necesitan la ayuda de Jesús, para caminar juntos con confianza, para quererse el uno al otro día a día, y perdonarse cada día. Rezar el uno por el otro. Esto es rezar en familia, y esto hace fuerte la familia: la oración. Si falta el amor de Dios, también la familia pierde la armonía, prevalecen los individualismos y se apaga la alegría… ¡Cuánto amor, y cuánta cercanía, debemos tener nosotros por los hermanos y las hermanas que en su vida tuvieron la desgracia de un fracaso en el amor! No hay que condenar sino caminar con ellos.

Dijo Jesús a sus discípulos: Habéis oído el mandamiento “no cometerás adulterio”. Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. Está mandado: “El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio”. Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.

1Reyes 19, 9a.1-16; Salmo 26, 7-9.13-14 . Mateo 5, 27-32

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jueves, 9 de junio de 2016

9 de Junio 2016 – Jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Jesús decía: Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás” pero yo os digo: todo el que se deja llevar por la cólera contra su hermano, lo mató en su corazón. Y quien insulta a su hermano, lo mata en su corazón; quien odia a su hermano, mata a su hermano en su corazón; quien critica a su hermano lo mata en su corazón. Tal vez no nos damos cuenta de esto, y luego hablamos, despachamos a uno y a otro, criticamos esto y aquello… Y esto es matar al hermano. Por ello es importante conocer qué hay dentro de mí, que sucede en mi corazón. Si uno comprende a su hermano, a las personas, ama, porque perdona: comprende, perdona, es paciente… ¿Es amor o es odio? Todo esto debemos conocerlo bien y pedir al Señor dos gracias. La primera conocer que hay en mi corazón, pera no engañarnos, para no vivir engañado. La segunda gracia: hacer el bien que está en nuestro corazón, y no hacer el mal que está en nuestro corazón.

Dijo Jesús a sus discípulos: Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás, y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano imbécil, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama renegado, merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.

1R 18, 41-46; Salmo 64, 10-13 . Mateo 5, 20-26

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miércoles, 8 de junio de 2016

8 de Junio 2016 – Miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Yo no vengo a abolir la ley sino a darle pleno cumplimiento. Esta ley es sagrada porque conducía al pueblo a Dios, no se puede tocar. Había quien decía que Jesús cambiaba esta ley. Él, en cambio, buscaba hacer entender que se trataba de un camino que conduciría al crecimiento, a la plena madurez de esa ley. Y decía: Yo vengo a dar cumplimiento. Así como el brote que despunta y nace la flor, así es la continuidad de la ley hacia su madurez. Y Jesús es la expresión de la madurez de la ley, la ley del Espíritu nos lleva por el camino del discernimiento continuo para hacer la voluntad de Dios. La ley es plena, siempre en continuidad, sin cortes: como la semilla que acaba en la flor, en el fruto. El camino es el de la libertad en el Espíritu Santo que nos hace libres, en el discernimiento continuo sobre la voluntad de Dios, para seguir adelante por este camino, sin retroceder.

Dijo Jesús a sus discípulos: No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasará el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.

1Reyes 18, 20-39; Salmo 15, 1-5.8.11 . Mateo 5, 17-19

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martes, 7 de junio de 2016

7 de Junio 2016 – Martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Jesús dice a sus discípulos: Vosotros sois la sal de la tierra… Vosotros sois la luz del mundo. ¿Quiénes eran esos discípulos? Eran pescadores, gente sencilla… Pero Jesús les mira con los ojos de Dios, y su afirmación se comprende precisamente como consecuencia de las Bienaventuranzas. Él quiere decir: si sois pobres de espíritu, si sois mansos, si sois puros de corazón, si sois misericordiosos… seréis la sal de la tierra y la luz del mundo. Para comprender mejor estas imágenes, tengamos presente que la ley judía prescribía poner un poco de sal sobre cada ofrenda presentada a Dios, como signo de alianza. La luz, para Israel, era el símbolo de la revelación mesiánica que triunfa sobre las tinieblas del paganismo. Los cristianos, nuevo Israel, reciben, por lo tanto, una misión con respecto a todos los hombres: con la fe y la caridad pueden orientar, consagrar, hacer fecunda a la humanidad.

Jesús dijo a sus discípulos: Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.

1Reyes 17, 7-16; Salmo 4, 2-8 . Mateo 5, 13-16

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lunes, 6 de junio de 2016

6 de Junio 2016 – Lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: ¿Por qué hay personas que tienen el corazón cerrado a la salvación? Tenemos necesidad de la salvación, pero al mismo tiempo tenemos miedo, porque cuando el Señor viene para salvarnos debemos darlo todo, y en ese momento manda Él; y de esto tenemos miedo. Los hombres quieren mandar, quieren ser los dueños de ellos mismos. Y así la salvación no llega, la consolación del Espíritu no llega. Sólo la salvación que llega con la consolación del Espíritu nos hace libres: es la libertad que nace del Espíritu Santo que nos salva, nos consuela, nos da vida. Pero para comprender plenamente las Bienaventuranzas y lo que significa ser pobres, ser mansos, ser misericordiosos –cosas que no parecen que nos conduzcan al éxito- es necesario custodiar el corazón abierto y haber gustado bien la consolación del Espíritu Santo que es la salvación. La consolación es la presencia de Dios en nuestro corazón. Pero para que el Señor esté en nuestro corazón es necesario abrir la puerta.

Al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán la misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.

2Corintios 1, 1-7; Salmo 32, 2-9 . Mateo 5, 1-12

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domingo, 5 de junio de 2016

5 de Junio 2016 – Domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Jesús, con sus discípulos, está llegando a Naín, un poblado de Galilea, justo en el momento que tiene lugar un funeral: llevan a sepultar a un joven, hijo único de una mujer viuda. La mirada de Jesús se fija inmediatamente en la madre que llora. Dice el evangelista Lucas: Al verla el Señor, se compadeció de ella (v. 13). Esta compasión es el amor de Dios por el hombre, es la misericordia, es decir, la actitud de Dios en contacto con la miseria humana, con nuestra indigencia, nuestro sufrimiento, nuestra angustia. El término bíblico compasión remite a las entrañas maternas, la madre, en efecto, experimenta una reacción que le es propia ante el dolor de los hijos. Así nos ama Dios. Y ¿cuál es el fruto de este amor, de esta misericordia? ¡Es la vida! Jesús dijo a la viuda de Naín: No llores, y luego llamó al muchacho muerto y le despertó como de un sueño (cf. vv. 13-15). Pensemos esto, es hermoso: la misericordia de Dios da vida al hombre, le resucita de la muerte. El Señor nos mira siempre con misericordia; no lo olvidemos, nos espera con misericordia. No tengamos miedo de acercarnos a Él.

1Reyes 17, 17-24. Cayó enfermo el hijo de la señora de la casa. La enfermedad era tan grave que se quedó sin respiración. Entonces la mujer dijo a Elías: ¿Qué tienes tú que ver conmigo? ¿Has venido a mi casa para avivar el recuerdo de mis culpas y hacer morir a mi hijo? Elías respondió: Dame a tu hijo. Y, tomándolo de su regazo, lo subió a la habitación donde él dormía y lo acostó en su cama. Luego invocó al Señor: Señor, Dios mío, ¿también a esta viuda que me hospeda la vas a castigar, haciendo morir a su hijo? Después se echó tres veces sobre el niño, invocando al Señor: Señor, Dios mío, que vuelva al niño la respiración. El Señor escuchó la súplica de Elías: al niño le volvió la respiración y revivió. Elías tomó al niño, lo llevó al piso bajo y se lo entregó a su madre, diciendo: Mira, tu hijo vive. Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora reconozco que eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor en tu boca es verdad.

Salmo 29, 2-6.11-13: Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Gálatas 1, 11-19: Os notifico, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo. Habéis oído hablar de mi conducta pasada en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados. Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco. Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas, y me quedé quince días con él. Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor.

Lucas 7, 11-17: Iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío. Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: No llores. Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: ¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate! El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.

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sábado, 4 de junio de 2016

4 de Junio 2016 – Sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

Papa Francisco: En el corazón de María, joven hija de Israel, había un secreto que ella misma todavía no conocía: en el proyecto del amor de Dios estaba destinada a convertirse en la madre del Redentor. En la Anunciación, el Mensajero de Dios la llena de gracia y le revela este proyecto. María responde sí y desde aquel momento la fe de María recibe una luz nueva: se concentra en Jesús, el Hijo de Dios que de ella ha tomado carne y en quien se cumplen las promesas de toda la historia de la salvación. La fe de María es el cumplimiento de la fe de Israel.

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados. Él les contestó: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?. Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón.

Isaías 61, 9-11; Salmo: 1Samuel 2, 1.4-8 . Lucas 2, 41-51

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viernes, 3 de junio de 2016

3 de Junio 2016 – Viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Papa Francisco: La solemnidad del Sagrado Corazón es la fiesta del amor: Jesús quiso mostrarnos su corazón como el corazón que tanto amó. Pienso en lo que nos decía san Ignacio; nos indicó dos criterios sobre el amor. Primero: el amor se manifiesta más en las obras que en las palabras. Segundo: el amor está más en dar que en recibir. Jesús nos dice: Yo conozco a mis ovejas. Es conocer una por una, con su nombre. Así nos conoce Dios: no nos conoce en grupo, sino uno a uno. Porque el amor no es un amor abstracto, o general para todos es un amor por cada uno. Y así nos ama Dios. Dios se hace cercano por amor y camina con su pueblo. Y este caminar llega a un punto inimaginable: jamás se podría pensar que el Señor mismo se hace uno de nosotros y camina con nosotros y permanece con nosotros, permanece en su Iglesia, se queda en la Eucaristía, se queda en su Palabra, se queda en los pobres y se queda con nosotros caminando. Esta es la cercanía. El pastor cercano a su rebaño, a sus ovejas, a las que conoce una por una.

Dijo Jesús a los fariseos y escribas esta parábola: Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: ¡felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido. Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

Ezequiel 34, 11-16; Salmo 22, 1-6; Romanos 5, 5b-11 . Lucas 15, 3-7

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jueves, 2 de junio de 2016

2 de Junio 2016 – Jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús muestra que el corazón del (buen) samaritano es bueno y generoso y que él pone en práctica la voluntad de Dios, que quiere la misericordia más que los sacrificios (cf. Mc 12, 33). Dios siempre quiere la misericordia y no la condena hacia todos. Quiere la misericordia del corazón, porque Él es misericordioso y sabe comprender bien nuestra miseria, nuestras dificultades y también nuestros pecados. A todos nos da este corazón misericordioso. El samaritano hace precisamente eso: imita la misericordia de Dios.

Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: ¿Qué mandamiento es el primero de todos? Respondió Jesús: El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que éstos. El escriba replicó: Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

2Timoteo 2, 8-15; Salmo 24, 4-5.8-10.14 . Marcos 12, 28b-34

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miércoles, 1 de junio de 2016

1 de Junio 2016 – Miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El Evangelio nos presenta a Jesús enfrentado a los saduceos, quienes negaban la resurrección, y le hacen una pregunta a Jesús, para ponerlo en dificultad. Parten de un caso imaginario: Una mujer tuvo siete maridos, que murieron uno tras otro, y preguntan a Jesús: ¿De cuál de ellos será esposa después de su muerte?. Jesús responde que la vida después de la muerte, la vida eterna, es otra vida, en otra dimensión donde, entre otras cosas, ya ni existirá el matrimonio. Delante de nosotros está el Dios de los vivientes, el Dios de la alianza: ya en esta tierra, en la oración, en los sacramentos, en la fraternidad, encontramos a Jesús y su amor, y así podemos preguntar algo de la vida resucitada.

Se acercaron a Jesús unos saduceos de los que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron: Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero no hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección y vuelvan a la vida, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella. Jesús les respondió: Estáis equivocados, porque no entendéis la escritura ni el poder de Dios. Cuando resuciten, ni los hombres ni las mujeres se casarán, serán como ángeles del cielo. Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: “Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados.

2Timoteo 1, 1-3.6-12; Salmo 122, 1-2 . Marcos 12, 18-27