Archivo de noviembre de 2010

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 10 de noviembre de 2010

10 de Noviembre 2010 – Miércoles

 

Mundo: Cristo curó a diez leprosos, uno extranjero. Y puede curar a diez millones de leprosos del alma, bautizados o no.

 

Fe: De diez leprosos curados, sólo uno dio las gracias: Levántate, vete: tu fe te ha salvado.

 

Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros. Al verlos, les dijo: Id a presentaros a los sacerdotes. Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: ¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?. Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

Tt  3, 1-7; Sal 22, 1-6 . Lucas 17, 11-19

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martes, 9 de noviembre de 2010

9 de Noviembre 2010 – Martes

Mundo: Se puede creer o no, pero sí  se puede esperar un respeto a la fe de los otros.

Fe: El celo de tu casa me devora: no la convirtáis en un mercado. Vosotros sois el templo de Dios, dice San Pablo.

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: El celo de tu casa me devora. Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: ¿Qué signos nos muestras para obrar así?. Jesús contestó: Destruid este templo y en tres días lo levantaré. Los judíos replicaron: Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?. Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

1Co  3, 9c-11.16-17; Sal 45, 2-9 . Juan 2, 13-22

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lunes, 8 de noviembre de 2010

8 de Noviembre 2010 – Lunes

 

Mundo: Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que lo arrojasen al mar. El cristiano es un espejo en el que otros –¿pequeños?- se miran…

 

Fe: Si tu hermano te ofende siete veces al día, y siete veces te dice: “Lo siento”, lo perdonarás. ¡Señor, auméntanos la fe!

 

Jesús dijo a sus discípulos: Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: “Lo si siento”, lo perdonarás. Los apóstoles le pidieron al Señor: Auméntanos la fe. El Señor contestó: Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”. Y os obedecería.  

Tt  1, 1-9; Sal 23, 1-6 . Lucas 17, 1-6

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domingo, 7 de noviembre de 2010

7 de Noviembre 2010 – Domingo

 

Mundo: Los muertos resucitarán: unos para la Vida, otros para el fuego eterno. Estamos a tiempo de elegir la eternidad.

 

Fe: Nuestro Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Jesús venció a la muerte.

 

2M 7, 1-2.9-14: En aquellos días, arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarles a comer carne de cerdo, prohibida por la ley. Uno de ellos habló en nombre de los demás: ¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres. El segundo, estando para morir, dijo: Tú, malvado, nos arrancas la vida presente pero, cuando hayamos muerto por su ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna. Después se divertían con el tercero. Invitado a sacar la lengua, lo hizo enseguida y alargó las manos con gran valor. Y habló dignamente: De Dios las recibí y por sus leyes las desprecio; espero recobrarlas del mismo Dios. El rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los tormentos. Cuando murió éste, torturaron de modo semejante al cuarto. Y cuando estaba a la muerte, dijo: Vale la pena morir a manos de los hombres cuando se espera que Dios mismo nos resucitará. Tú en cambió no resucitarás para la vida.

 

Sal 16, 1.5-6.8.15: Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.

                                            

2Ts 2, 16-3, 5: Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente y una gran esperanza, os consuele internamente y os dé fuerza para toda clase de palabras y de obras buenas. Por lo demás, hermanos, rezad por nosotros, para que la palabra de Dios siga el avance glorioso que comenzó entre vosotros, y para que nos libre de los hombres perversos y malvados; porque la fe no es de todos. El Señor que es fiel os dará fuerza y os librará del malo. Por el Señor, estamos seguros de que ya cumplís y seguiréis cumpliendo todo lo que os hemos enseñado. Que el Señor dirija vuestro corazón para que améis a Dios y tengáis la constancia en Cristo.

 

Lucas 20, 27-38: Se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano”. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella. Jesús les contestó: En esta vida hombres y mujeres se casan;  pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos, no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos.  

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sábado, 6 de noviembre de 2010

6 de Noviembre 2010 – Sábado

 

Mundo: ¿Habla Cristo de los mundanos cuando dice: Vosotros presumís delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro?

 

Fe: No hay siervo que pueda servir a dos amos: No podéis servir a Dios y al dinero.

 

Decía Jesús a sus discípulos: Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Oyeron esto los fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él. Jesús les dijo: Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres Dios la detesta.  

Flp  4, 10-19; Sal 111, 1-2.5-9 . Lucas 16, 9-5

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viernes, 5 de noviembre de 2010

5 de Noviembre 2010 – Viernes

 

Mundo: Cristo alaba la astucia de los hijos de este mundo: ojalá la emplearan en las cosas de arriba, las que no perecen con la muerte.

 

Fe: El cristiano, hijo de la luz, no puede meterla bajo un cajón: su vida ha de ser un reclamo que invite a familiares y amigos a acercarse a Jesús.

 

Dijo Jesús a sus discípulos: Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido”. El administrador se puso a echar sus cálculos: “¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”. Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: “¿Cuánto debes a mi amo?”. Este respondió: “Cien barriles de aceite”. Él le dijo: “Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”. Luego dijo a otro: “Y tú, ¿cuánto debes”. Él respondió: “Cien fanegas de trigo”. Le dijo: “Aquí está tu recibo, escribe ochenta”. Y el amo felicito al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.

Flp  3, 17-4, 1; Sal 121, 1-5 . Lucas 16, 1-8

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jueves, 4 de noviembre de 2010

4 de Noviembre 2010 – Jueves

 

Mundo: Habrá más alegría en el cielo por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

 

Fe: El cristiano no puede quedarse de brazos cruzados sabiéndose elegido por Jesús: con él ha de ir en busca de las ovejas perdidas de su familia, trabajo, amistades.

 

Solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: Ese acoge a los pecadores y come con ellos. Jesús les dijo esta parábola: Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido”. Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.

Flp  3, 3-8a; Sal 104, 2-7 . Lucas 15, 1-10

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miércoles, 3 de noviembre de 2010

3 de Noviembre 2010 – Miércoles

Mundo: Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. Todos tenemos nuestra cruz, pesadísima si está lejos Cristo, liviana yendo detrás de él.

 Fe: El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.

 Mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. Así, ¿Quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, haber si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: “Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar”, ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.

Flp 2, 12-18; Sal 26, 1.4.13-14 . Lucas 14, 25-33

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martes, 2 de noviembre de 2010

2 de Noviembre 2010 – Martes

 

Mundo: Creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias: y allí cabéis también los alejados, los que no aceptabais a Dios.

 

Fe: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.

 

Dijo Jesús a sus discípulos: Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; sino fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y a donde yo voy, ya sabéis el camino. Tomás le dice: Señor, no sabemos a donde vas, ¿cómo podemos saber el camino?. Jesús le responde: Yo soy el camino, y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.

Lm  3, 17-26; Sal 129, 1-8; Rm 6, 3-9 . Juan 14, 1-6

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lunes, 1 de noviembre de 2010

1 de Noviembre 2010 – Lunes

 

Mundo: Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien por mi causa, dice Cristo a los cristianos. ¿Quién insulta, persigue o calumnia?.

 

Fe: Son ya dichosos los que en vida fueron pobres, misericordiosos, limpios de corazón, perseguidos… suyo es el reino de los cielos.

 

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS

 

Ap 7, 2-4.9-14: Yo, Juan, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo. Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar, diciéndoles: No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente a los siervos de nuestro Dios. Oí también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel. Después de esto apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritaban con voz potente: ¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!. Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono y rindieron homenaje a Dios, diciendo: Amén. La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén. Y uno de los ancianos me dijo: Esos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿Quiénes son y de dónde han venido?. Yo le respondí: Señor mío, tú lo sabrás. Él me respondió: Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del cordero.

 

Sal 23, 1-6: Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor.

 

1Jn 3, 1-3: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tiene esperanza en él se purifica así mismo, como él es puro.

 

Mateo 5, 1-12a: Al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, por ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tiene hambre y sed de la justicia, por ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

Ap 7, 2-4.9-14; Sal 23, 1-6; 1Jn 3, 1-3 . Mateo 5, 1-12a