Archivo de mayo de 2009

Lectura diaria de la Biblia

lunes, 11 de mayo de 2009

11 de mayo 2009 – Lunes

Juan 14,21-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: El que acepta mis mandamientos y los gurda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él. Le dijo Judas, no el Iscariote: Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?. Respondió Jesús y le dijo: El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.

Lectura diaria de la Biblia

domingo, 10 de mayo de 2009

10 de mayo 2009 – Domingo

 

Hechos 9,26-31

En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles. Saulo les contó cómo había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús. Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso. La iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo.

  

Salmo 21 El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.

 

1Juan 3,18-24

Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

 

Juan 15,1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que de más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego lo recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.

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sábado, 9 de mayo de 2009

9 de mayo 2009 – Sábado

Juan 14,7-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto. Felipe le dice: Señor, Muéstranos al Padre y nos basta. Jesús le replica: Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe?. Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Sino, creed a las obras. Os lo aseguro: El que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.

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viernes, 8 de mayo de 2009

8 de mayo 2009 – Viernes

Juan 14,1-6

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y a donde yo voy, ya sabéis el camino. Tomás le dice: Señor, no sabemos a donde vas, ¿cómo podemos saber el camino?. Jesús le responde: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.  

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jueves, 7 de mayo de 2009

7 de mayo 2009 – Jueves

 

Juan 13,16-20

Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo: Os aseguro, el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo se bien a quienes he elegido, pero tiene que cumplirse la escritura: “El que compartía mi pan me ha traicionado”. Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy. Os lo aseguro: El que recibe a mi enviado me recibe a mí; y el que a mí me recibe, recibe al que me ha enviado.   

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miércoles, 6 de mayo de 2009

6 de mayo 2009 – Miércoles

 

Juan 12,44-50

En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas. Al que oiga mis palabras y no las cumpla yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado ésa lo juzgará en el último día porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y como he de hablar. Y se que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo lo hablo como me ha encargado el Padre.  

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martes, 5 de mayo de 2009

5 de mayo 2009 – Martes

 

Juan 10,22-30

Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: ¿Hasta cuando nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente. Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.    

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lunes, 4 de mayo de 2009

4 de mayo 2009 – Lunes

 

Juan 10,1-10

En aquel tiempo, dijo Jesús: Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.

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domingo, 3 de mayo de 2009

3 de mayo 2009 – Domingo

 

Hechos 4,8-12

En aquellos días, Pedro lleno de Espíritu Santo, dijo: Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar que poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta este sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.

 

Salmo 117 La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.

 

1Juan 3,1-2

Queridos hermanos: Mirad que amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aun no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él porque lo veremos tal cual es.

 

Juan 10,11-18

En aquel tiempo, dijo Jesús: yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.  

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sábado, 2 de mayo de 2009

2 de mayo 2009 – Sábado

 

Juan 6,60-69

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso? Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: ¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son Espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen. Pues Jesús sabía desde el principio quienes no creían y quien lo iba a entregar. Y dijo: Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede. Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los doce: ¿También vosotros queréis marcharos? Simón Pedro le contestó: Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.