Archivo de septiembre de 2008

Lectura diaria dela Biblia

jueves, 11 de septiembre de 2008

11 de septiembre 2008 – Jueves

       

                                                         Amad a vuestros enemigos

                                                                                                                                         
Dijo Jesús a sus discípulos: A los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orar por los que os injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman ¿Qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores lo hacen. Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. ¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos. Ser compasivos como vuestro padre es compasivo; no juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados, dad y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis la usarán con vosotros.

1Co 8, 1-b-7.11-13; Sal 138, 1-3.13-14.23-24 . Lucas 6, 27-38

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 10 de septiembre de 2008

10 de septiembre 2008 – Miércoles

       

                                              Dichosos los pobres; ¡ay de los ricos!

                                                                                                                                         
Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos les dijo: Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡Ay de vosotros, los ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís! porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas.

 

1Co 7, 25-31; Sal 44, 11-17 . Lucas 6, 20-26

Lectura diaria de la biblia

martes, 9 de septiembre de 2008

9 de septiembre 2008 – Martes

       

           Pasó la noche orando. Escogió a doce y los nombró apóstoles

                                                                                                                                         
Subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celote, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades. Los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

 

1Co 6, 1-11; Sal 149, 1-69 . Lucas 6, 12-19

Lectura diaria de la Biblia

domingo, 7 de septiembre de 2008

8 de septiembre 2008 – Lunes

       

                 FIESTA DE LA NATIVIDAD DE NUESTRA SEÑORA

                                                                                                                                         
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahan. Abrahan engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aaram, Aaram a Aminadab, Aminadab a Naisón, Naisón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey. David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequias engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia. Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquím, Aquim a Eliud, Eliuz a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual  nació Jesús, llamado Cristo. El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta: Mirad: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”  

Mi 5, 1-4a; Sal 12, 6; Rm 8, 28-30 . Mateo 1, 1-16.18-23

Lectura diaria de la Biblia

domingo, 7 de septiembre de 2008

7 de septiembre 2008 – Domingo

 

Ez 33, 7-9: Así dice el Señor: A ti, hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel; cuando escuches palabras de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado: “Malvado, eres reo de muerte” y tú no hablas, poniendo en guardia al malvado, para que cambie de conducta; el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre. Pero si tú pones en guardia al malvado, para que cambie de conducta, si no cambia de conducta, el morirá por su culpa, pero tu has salvado la vida.

 

Sal 94, 1-2.6-9: Ojalá escuchéis hoy su voz: No endurezcáis vuestro corazón.

 

Rm 13, 8-10: A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás, y los demás mandamientos que haya, se resumen en esta frase: amarás a tu prójimo como a ti mismo. Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.   

 

MATEO 18, 15–20: Dijo Jesús a sus discípulos: Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo. Os aseguro además que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir por algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 6 de septiembre de 2008

6 de septiembre 2008 – Sábado

       

                                            El Hijo del hombre es señor del sábado

                                                                                                                                         
Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y frotándolas con las manos, se comían el grano. Unos fariseos les preguntaron: ¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido? Jesús les replicó: ¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros. Y añadió: El Hijo del hombre es señor del sábado.

 

1Co 4, 6b-15; Sal 144, 17-21 . Lucas 6, 1-5

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 5 de septiembre de 2008

5 de septiembre 2008 – Viernes

       

                                                          A vino nuevo, odres nuevos

                                                                                                                                         
Dijeron a Jesús los fariseos y los escribas: Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber. Jesús les contestó: ¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán. Y añadió esta parábola: Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque se estropea el nuevo y la pieza no se le pega al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino nuevo revienta los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: “Está bueno el añejo”

 

1Co 4, 1-5; Sal 36, 3-6, 27-28, 39-40 . Lucas 5, 33-39

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 3 de septiembre de 2008

4 de septiembre 2008 – Jueves

       

                                                         Dejándolo todo lo siguieron

                                                                                                                                         
La gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a la orilla del lago Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabo de hablar, dijo a Simón: Rema mar adentro y echad las redes para pescar. Simón contestó: Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos pescado nada; pero por tu palabra, echaré las redes. Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: Apártate de mi, Señor, que soy un pecador. Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían pescado; y lo mismo les pasaba a  Santiago y Juan, hijos de Cebedeo, que eran compañeros de Simón, Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo lo siguieron.

 

1Co 3, 18-23; Sal 23, 1-6 . Lucas 5, 1-11

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 3 de septiembre de 2008

3 de septiembre 2008 – Miércoles

       

                                                          La gente andaba buscándolo

                                                                                                                                         
Al salir Jesús de la sinagoga entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él de pie a su lado, increpó a la fiebre y se le pasó; ella, levantándose enseguida se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: Tú eres el Hijo de Dios. Los increpaba y no les dejaba hablar porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día salió a un lugar solitario, la gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se le fuese. Pero él les dijo: También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado. Y predicaba en las sinagogas de Judea.

 

1Co 3, 1-9; Sal 32, 12-15. 20-21 . Lucas 4, 38-44

Lectura diaria de la Biblia

lunes, 1 de septiembre de 2008

2 de septiembre 2008 – Martes

       

                                                        Sé quién eres: El Santo de Dios

                                                                                                                                         
Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quien eres: El Santo de Dios. Jesús le intimó: ¡Cierra la boca y sal! El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos comentaban estupefactos: ¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen. Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca

1Co 2, 10b-16; Sal 144, 8-14 . Lucas 4, 31-37