Lectura diaria de la Biblia

2 de abril 2019 – martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: La reacción de Jesús es una orden: Levántate, toma tu camilla y echa a andar. Y el hombre fue curado. En su forma de hablar hay un tono de lamento: está resignado pero también amargado. Una actitud que hace pensar también en muchos católicos sin entusiasmo y amargados que se repiten así mismos: “Yo voy a misa todos los domingos” pero es mejor no comprometerse. Jesús primero cura al enfermo y luego lo invita “a no pecar más”. Es precisamente este camino cristiano, la senda del celo apostólico para acercarnos a las numerosas personas heridas en este “hospital de campo” la Iglesia (1-4-2014).

Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Ésta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos. Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: ¿Quieres quedar sano?. El enfermo le contestó: Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado. Jesús le dice: Levántate, toma tu camilla y echa a andar. Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar. Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano: Hoy es sábado y no se puede llevar la camilla. Él les contestó: El que me ha curado es el que me ha dicho: Toma tu camilla y echa a andar. Ellos le preguntaron: ¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?. Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús a causa del gentío que había en aquel sitio, se había alejado. Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor. Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

Ezequiel 47, 1-9.12; Salmo 45, 2-9 . Juan 5, 1-16

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