Lectura diaria de la Biblia

1 de Septiembre 2010 – Miércoles

 

Mundo: Se entiende que los que rechazan a Dios no acudan a él para ser salvados de ese gran mal. ¿Pero se dejarían llevar a Cristo por otros?

 

Fe: Jesús, poniendo las manos sobre cada enfermo, los iba curando.

 

Al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre,  y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: Tú eres el Hijo de Dios. Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese. Pero él les dijo: También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado. Y predicaba en las sinagogas de Judea.

 

1Co 3, 1-9; Sal 32, 12-15.20-21 . Lucas 4, 38-44

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