Lectura diaria de la Biblia

4 de junio 2008 – miércoles

                                             No es Dios de muertos, sino de vivos
 

Se acercaron a Jesús unos saduceos, de los que dicen que no hay resurrección,  y le preguntaron: Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero no hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer.  Cuando llegue la resurrección y vuelvan a la vida, ¿de cual de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella. Jesús les respondió: Estáis equivocados, porque no entendéis la escritura ni el poder de Dios. Cuando resuciten, ni los hombres ni las mujeres se casarán, serán como ángeles del cielo. Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: “Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados.

2Tm 1, 1-3. 6-12; Sal 122, 1-2 . Marcos 12, 18-27

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