Lectura diaria de la Biblia

31 de marzo 2024 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

Papa Francisco: El crucificado, no otro, es el que ha resucitado. Dios Padre resucitó a su Hijo Jesús porque cumplió plenemente su voluntad de salvación asumió nuestra debilidad, nustras dolencias, nuestra misma muerte; Sufrió nuestros dolores, llevo Él peso de nuestras iniquidades. Por eso el Dios Padre lo exaltó y ahora Jesuccristo vive para siempre, y él es el Señor. Los testigos señalan un detelle importante: Jesús resucitado lleva las llagas impresas en sus manos, en sus pies y en su costado. EStas heridas son el sello perpetuo de su amor por nosotros. Todo el que sufre una dura prueba, en el cuerpo y en el espíritu, puede encontrar refugio en estas llagas y recibir a través de ellas la gracia de la esperanza que no defrauda. (04-04-2021)

VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA

Génesis 1, 1;2, 2: Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno.

Génesis 22, 1-18: El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.

Éxodo 14, 15; 15, 1a: Los hijo de Israel entraron en medio del mar, por lo seco.

Isaías 54, 5-14: Con eterno te quiere el Señor, tu libertador.

Isaías 55, 1-11: Venid a mí y viviréis. Sellaré con vosotros una alianza perpetua.

Baruc 3, 9-15.32; 4, 4: Camina al resplandor del Señor.

Ezequiel 36, 16-28: Derramaré sobre vosotros un agua pura, y os daré un corazón nuevo.

Salmo 41, 3.5CDEF; 42,3-4: Como busca la ierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Romanos 6, 3-11: Hermanos: Cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados en su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que lo mismo que Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Pues si hemos sido incorporados a él en una muerte como la suya, lo seremos también en una resurrección como la suya; sabiendo que nuestro hombre viejo fue crucificado con Cristo para que fuera destruido el cuerpo de pecado, y, de este modo, nosotros dejaremos de servir al pecado; porque quien muere ha quedado libre del pecado. Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque quien ha muerto, ha muerto al pecado de una vez para siempre; y quien vive, vive para Dios. Lo mismo vosotros consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

Salmo 117, 1-2.16-17.22-23: Aleluya, Aleluya, Aleluya.

Marcos 16, 1-7: Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús. Y muy temprano, el primer día de la semana, al salir el sol, fueron al sepulcro. Y se decían unas a otras: ¿Quién nos correrá la piedra a la entrada del sepulcro?. Al mirar, vieron que la piedra estaba corrida, y eso que era muy grande. Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de blanco. Y quedaron aterradas. Él les dijo: No tengáis miedo. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? Ha resucitado. No está aquí. Mirad el sitio donde lo pusieron. Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro: “Él va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis, como os dijo”.

MISA DEL DÍA DE PASCUA

Hechos 10, 34a.37-43: En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. A este lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió la gracia de manifestarse, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección de entre los muertos. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. De él dan testimonio todos los profetas: que todos los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.

Salmo 117, 1-2.16-17.22-23: Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.

Colosenses 3, 1-4: Hermanos: Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.

Juan 20, 1-9: El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro, se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

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