Lectura diaria de la Biblia

1 de febrero 2022 – martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Debemos tener fija la mirada en Jesús. En el Evangelio de hoy Jesús se da cuenta de que alguien le había tocado, Jesús nos siente, y siente el latido de nuestro corazón. La mujer que le había tocado, convencida de que ese acto la sanaría, le tocó el manto y se curó. Su fe le había sanado.

Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia: Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva. Se fue con él y lo seguía mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando: con sólo tocarle el manto curaré. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente, y preguntaba: ¿Quién me ha tocado el manto? La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad. Él le dijo: Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad. Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?. Jesús alcanzó a oír lo que le hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: No temas; basta que tengas fe. No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y entró donde estaba la niña, la tomó de la mano y le dijo: Talitha qumi (que significa: Contigo hablo, niña, levántate). La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.

2Samuel 18, 9-10.14b.24-25a.31; 19, 3; Salmo 85, 1b-6 . Marcos 5, 22-25.27-30.33-38.40-43

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