Lectura diaria de la Biblia

16 de abril 2021 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Jesús hace ese milagro de la multiplicación de los panes, pero no con la barita mágica: fue precisamente hecho por el poder de Dios que Jesús tenía en él, porque él es Dios. Y la gente se dio cuenta: la gente, dado el milagro que había hecho, decía: “Este es verdaderamente el profeta –es ese, finalmente ha vuelto, ha venido- el que tenía que venir al mundo”. Ante la gente entusiasta, Jesús, sabiendo que iban a tomarlo para hacerlo rey –porque, cuando el pueblo se mueve así, hace la revolución y lo hace rey- se retiró de nuevo al monte, él solo. Se cansó del triunfalismo, no se dejó engañar por este triunfalismo: era libre (13-4-2018)

Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea o de Tiberiades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: ¿Con qué compraremos panes para que coman estos?. Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo. Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero, ¿qué es eso para tantos?. Jesús dijo: Decid a la gente que se siente en el suelo. Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y lo repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda. Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: Este es verdaderamente el profeta que va a venir al mundo. Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

Hechos 5, 34-42; Salmo 26, 1bcde-4.13-14 . Juan 6, 1-15

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