Lectura diaria de la Biblia

24 de enero 2021 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: La relación entre el Resucitado, la comunidad de creyentes y la Sagrada Escritura es intensamente vital para nuestra identidad. Si el Señor no nos introduce es imposible comprender en profundidad la Sagrada Escritura, pero lo contrario también es cierto: si la Sagrada Escritura, los acontecimientos de la misión de Jesús y de su Iglesia en el mundo permanece indescifrable. San Jerónimo escribió con verdad: La ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo (In Is., Prólogo: PL 24, 17). Tras la conclusión del jubileo extraordinario de la misericordia, pedí que se pensara en un domingo completamente dedicado a la Palabra de Dios, para comprender la riqueza inagotable que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo (Carta a P. “Misericordia et misera”, 7). Dedicar concretamente un domingo del año litúrgico a la Palabra de Dios nos permite, sobre todo, hacer que la Iglesia reviva el gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable. Actualmente se ha convertido en una práctica común vivir momentos en los que la comunidad cristiana se centra en el gran valor que la Palabra de Dios ocupa en su existencia cotidiana. En las diferente Iglesias locales hay una gran cantidad de iniciativas que hacen cada vez más accesible la Sagrada Escritura a los creyentes, para que se sientan agradecidos por un don tan grande, con el compromiso de vivirlo cada día y la responsabilidad de testimoniarlo con coherencia. Es bueno que nunca falte en la vida de nuestro pueblo esta relación decisiva con la Palabra viva que el Señor nunca se cansa de dirigir a su Esposa, para que pueda crecer en el amor y en el testimonio de fe. Así pues, establezco que el III domingo del Tiempo Ordinario esté dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios. Este domingo de la Palabra de Dios se colocará en un momento oportuno de ese periodo del año, en el que estamos invitados a fortalecer los lazos con los judíos y a rezar por la unidad de los cristianos. Celebrar el domingo de la Palabra de Dios expresa un valor ecuménico, porque la Sagrada Escritura indica, a los que se ponen en actitud de escucha, el camino a seguir para llegar a una auténtica y sólida unidad. Las comunidades encontrarán el modo de vivir este domingo como un día solemne. En cualquier caso, será importante que la celebración eucarística se entronice el texto sagrado, a fin de hacer evidente a la asamblea el valor normativo que tiene la Palabra de Dios. En este domingo, de manera especial, será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de relieve el aprecio que se hace a la Palabra del Señor. Que el domingo dedicado a la Palabra haga crecer en el pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura, como el autor sagrado lo enseñaba ya en tiempos antiguos: esta Palabra está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que la cumplas. (Dt 30, 14). (30-9-2019 inicio del 1600 aniversario de la muerte de san Jerónimo).

Jonás 3, 1-5.10: El Señor dirigió la palabra a Jonás: Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Nínive; allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré. Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era una ciudad inmensa; hacían falta tres días para recorrerla. Jonás empezó a recorrer la ciudad el primer día, proclamando: Dentro de cuarenta días, Nínive será arrasada. Los ninivitas creyeron en Dios, proclamaron un ayuno, y se vistieron con rudo sayal, desde el más importante hasta el menor. Vio Dios su comportamiento, como habían abandonado el mal camino, y se arrepintió Dios de la desgracia que había determinado enviarles. Así que no la ejecutó.

Salmo 24, 4-9: Señor, enséñame tus caminos.

1Corintios 7, 29-31: Digo esto, hermanos, que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no llorarán; los que están alegres, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él; porque la representación de este mundo se termina.

Marcos 1, 14-20: Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el evangelio de Dios. Decía: Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios: Convertíos y creed en el evangelio. Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes, en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación, los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.

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