Lectura diaria de la Biblia

26 de Junio 2009 – Viernes

 

Mateo 8,1-4

En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Extendió la mano y lo tocó, diciendo: Quiero, queda limpio. Y en seguida quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: No se lo digas a nadie, pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés.

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