Lectura diaria de la Biblia

26 de enero 2020 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El Evangelio de hoy narra el inicio de la predicación de Jesús en Galilea. Él deja Nazaret, una aldea de las montañas, y se establece en Cafarnaún. Galilea es geográficamente periférica y religiosamente impura, porque estaba llena de paganos, por la mezcla con quienes no pertenecían a Israel. Cada uno está llamado a convertirse, transformando su propio modo de pensar y de vivir. No se trata de cambiar la ropa, ¡sino las costumbres! Jesús no solo proclama la llegada del Reino de Dios, sino que busca compañeros que se asocien a su misión de salvación. Venid conmigo y os haré pescadores de hombres. La llamada les llega en plena actividad de cada día: el Señor se nos revela no de manera extraordinaria o asombrosa, sino en la cotidianidad de nuestra vida. ¡Llevar la Palabra a todas las periferias! Todos los espacios del vivir humano son terreno en el que esparcir las semillas del Evangelio, para que dé frutos de salvación (22-1-2017).

Isaías 8, 23b-9, 3: En otro tiempo, humilló el Señor la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí, pero luego ha llenado de gloria el camino del mar, el otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaba en tierra y sombra de muerte, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.

Salmo 26, 1.4.13-14: El Señor es mi luz y mi salvación.

1Corintios 1, 10-13.17: Os ruego, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que digáis todos lo mismo y que no haya divisiones entre vosotros. Estad bien unidos con un mismo pensar y un mismo sentir. Pues, hermanos, me he enterado por los de Cloe de que hay discordia entre vosotros. Y os digo esto porque cada cual anda diciendo: Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo. ¿Está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿Fuisteis bautizados en nombre de Pablo? Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.

Mateo 4, 12-23: Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías: tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierras y sombras de muerte, una luz les brilló. Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos. Paseando junto al lago de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores. Les dijo: venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

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