Lectura diaria de la Biblia

7 de diciembre 2018 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Los ciegos, que seguían al Señor, gritaban para ser curados. También el ciego a la entrada de Jericó gritaba y los amigos del Señor querían hacerle callar. Pero ese hombre pidió una gracia al Señor y la pidió gritando, como diciendo a Jesús: “¡Hazlo! ¡Yo tengo derecho a que tú hagas esto!” El grito es aquí un signo de la oración. Así, Jesús nos enseña a rezar. Nosotros, habitualmente presentamos al Señor nuestra petición una dos o tres veces, pero no con mucha fuerza: y luego me canso de pedirlo y me olvido de pedirlo. Los ciegos de los que habla Mateo gritaban y no se cansaban de gritar. Jesús nos dice: ¡Pedid! Pero también nos dice: ¡Llamad a la puerta! Y quien llama a la puerta hace ruido, incomoda, molesta. Precisamente estas son las palabras que Jesús usa para decirnos como debemos rezar.

Dos ciegos seguían a Jesús, gritando: Ten compasión de nosotros, Hijo de David. Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacerlo?. Contestaron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Que os suceda conforme a vuestra fe. Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente: ¡Cuidado con que lo sepa alguien!. Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.

Isaías 29, 17-24; Salmo 26, 1.4.13-14 . Mateo 9, 27-31

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