Lectura diaria de la Biblia

3 de Julio 2012 – Martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

FIESTA DE SANTO TOMÁS APÓSTOL

Papa Francisco: Tomás no se contenta y busca, pretende contactar el mismo. Jesús lo espera con paciencia y va también al encuentro de la exigencia del discípulo incrédulo: Trae tu dedo, aquí tienes mis manos… En el contacto salvífico con las llagas del Resucitado. Tomás manifiesta las propias heridas, la propia humillación; en la marca de los clavos encuentra la prueba decisiva de que era amado, esperado, entendido. Se encuentra frente a un Mesías lleno de dulzura, de misericordia, de ternura. Era ese el Señor que buscaba; él, en las profundidades secretas del propio ser, porque siempre había sabido que era así. ¡Cuántos de nosotros buscamos encontrar a Jesús, tal como es: dulce, misericordioso, tierno! Reencontrado el contacto personal con la amabilidad y la misericordiosa paciencia de Cristo, Tomás comprende el significado profundo de su Resurrección e, íntimamente transformado, declara su fe plena y total en Él exclamando: ¡Señor mío y Dios mío!. ¡Bonita, bonita expresión, esta de Tomás! (12-4-2015).

Tomás, uno de los doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: Hemos visto al Señor. Pero él les contestó: si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo. A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Contestó Tomás: ¡Señor mío y Dios mío!. Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto.

Efesios 2, 19-22; Salmo 116, 1-2 . Juan 20, 24-29

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