Lectura diaria de la Biblia

2 de enero 2018 – martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: En la tierra paz a los hombres de buena voluntad (Lc 2, 14). Ese don requiere ser implorado incesantemente en la oración. Recordemos, aquí en la plaza San Pedro, el cartel: En la base de la paz está la oración. Este don se debe implorar y se debe acoger cada día con empeño, en las situaciones en las que nos encontramos. Estamos todos llamados a volver a encender en el corazón un impulso de esperanza, que debe traducirse en obras de paz concretas. ¿Tú no te llevas bien con esta persona? ¡Haz las paces!; ¿En tu casa? ¡Haz las paces!; ¿En tu comunidad? ¡Haz las paces!; ¿En tu trabajo? ¡Haz las paces!. Obras de paz, de reconciliación y de fraternidad. Cada uno de nosotros debe realizar gestos de fraternidad hacia el prójimo, especialmente con quienes son probados por tensiones familiares o por altercados de diversos tipos (4-1-15).

Éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran: ¿Tú quién eres?. Él confesó y no negó; confesó: Yo no soy el Mesías. Le preguntaron: ¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?. Él dijo: No lo soy. ¿Eres tú el profeta?. Respondió: No. Y le dijeron: ¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo? Él contestó: Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías. Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: Entonces, ¿por qué bautizas tú si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?. Juan le respondió: Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia. Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

1Juan 2, 22-28; Salmo 97, 1-4 . Juan 1, 19-28

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