Lectura diaria de la Biblia

7 de septiembre 2017 –jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Galilea es el lugar de la primera llamada, donde todo empezó. Los llamó, y ellos lo dejaron todo y lo siguieron. Volver a Galilea quiere decir releer todo a partir de la cruz y de la victoria; sin miedo. Ir a Galilea significa para nosotros redescubrir nuestro bautismo como fuente viva, sacar energías nuevas de la raíz de nuestra fe y de nuestra experiencia cristiana. Volver a ese punto incandescente en que la gracia de Dios me toco al comienzo del camino. Con esta chispa puedo encender el fuego para el hoy, para cada día, y llevar calor y luz a mis hermanos y hermanas (19-4-2014).

La gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios, estando él junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores que habían desembarcado, estaban lavando las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca. Respondió Simón y dijo: Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes. Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: Señor, apártate de mí, que soy un pecador. Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Col 1, 9-14; Sal 97, 2-6 . Lucas 5, 1-11

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