Lectura diaria de la Biblia

25 de junio 2017 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El domingo libre del trabajo significa que la prioridad no la tiene lo económico sino lo humano, lo gratuito, las relaciones no comerciales sino familiares, amistosas, y para los creyentes la relación con Dios y con la comunidad. Quizá ha llegado la hora de preguntarnos si trabajar el domingo constituye una verdadera libertad. Porque el Dios de las sorpresas es el Dios que sorprende y rompe los esquemas para que lleguemos a ser más libres: Es el Dios de la libertad (5-7-2014).

Jeremías 20, 10-13: Dijo Jeremías: Oía el cuchicheo de la gente: “Pavor en torno”. Delatadlo, vamos a delatarlo, mis amigos acechaban mis traspiés. A ver si se deja seducir y lo violaremos, lo atraparemos y nos vengaremos de él. Pero el Señor está conmigo, como fuerte soldado; mis enemigos tropezarán y no podrán conmigo. Se avergonzarán de su fracaso con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor del Universo, que examinas al justo y sondeas lo íntimo del corazón, que yo vea la venganza que tomas de ellos, porque a ti encomendé mi causa. Cantad al Señor, alabad al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los impíos.

Salmo 68, 8-10.14.17.33-35: Que me escuche tu gran bondad, Señor.

Romanos 5, 12-15: Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres porque todos pecaron. Porque, aunque antes de la ley había pecado en el mundo, el pecado no se imputaba porque no había ley. Pues a pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con un delito como el de Adán, que era figura del que había de venir. Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por la culpa de uno murieron todos, mucho más, la gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que correspondía a un solo hombre, Jesucristo, sobró para la multitud.

Mateo 10, 26–33: Dijo Jesús a sus apóstoles: No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna. ¿No se venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones. A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos.

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