Lectura diaria de la Biblia

18 de febrero 2009 – Miércoles

 

Marcos 8,22-26

En aquel tiempo, Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida. Le trajeron un ciego pidiéndole que lo tocase. Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: ¿Ves algo? Empezó a distinguir y dijo: Veo hombres; me parecen árboles pero andan. Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado, y veía todo con claridad. Jesús lo mandó a casa diciéndole: No entres siquiera en la aldea.

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