Lectura diaria de la Biblia

1 de marzo 2017 – miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

TIEMPO DE CUARESMA

MIÉRCOLES DE CENIZA

Papa Francisco: Jesús relee las tres obras de piedad previstas por la ley de Moisés: la limosna, la oración y el ayuno. Jesús nos invita a cumplir estas obras sin ninguna ostentación, y a confiar únicamente en la recompensa del Padre que ve en lo secreto. El Señor no se cansa nunca de tener misericordia de nosotros, y quiere ofrecernos una vez más su perdón, todos lo necesitamos, invitándonos a volver a Él con un corazón nuevo, purificado del mal, purificado por las lágrimas, para participar de su alegría. Somos criaturas limitadas, pecadores cada vez más necesitados de penitencia y conversión. En Él podemos convertirnos en justos, en Él podemos cambiar, si acogemos la gracia de Dios y no dejamos pasar en vano el momento favorable. Que María Inmaculada no acompañe en este momento favorable, para que podamos llegar a cantar juntos la exultación de la victoria en la Pascua de la Resurrección (18-2-2015).

Dijo Jesús a sus discípulos: Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos, de lo contrario, no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti como hacen los hipócritas en la sinagoga y por las calles para ser honrados por la gente; En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en secreto, te recompensará. Cuando oréis, no seáis como los hipócritas a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.

Jl 2, 12-18; Sal 50, 3-6.12-14.17; 2Cor 5, 20-6, 2 . Mateo 6, 1.3-4.6.16-18

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