Lectura diaria de la Biblia

19 de Diciembre 2010 – Domingo

 

Mundo: Dios quiso nacer de una madre virgen. La virginidad es un valor que no  pueden ni quieren apreciar los hombres y mujeres del mundo.

 

Fe: María puso toda su vida y su confianza en Dios: Él, no la virgen, revelaría a José el misterio de la encarnación.

 

Is 7, 10-14: El Señor habló a Acaz: Pide una señal al Señor tu Dios en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo. Respondió Acaz: No la pido, no quiero tentar al Señor. Entonces dijo Dios: Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres que cansáis incluso a Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal. Mirad: la virgen está en cinta y dará a luz un hijo, y le pone por nombre Emmanuel (que significa: “Dios-con-nosotros”)

 

Sal 27, 1-6: Va a entrar el Señor: él es el rey de la gloria.

                                            

Rm 1, 1-7: Pablo, siervo de Cristo Jesús llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el evangelio de Dios. Este evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras Santas, se refiere a su Hijo, nacido, según lo humano, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de David, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo nuestro Señor. Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús. A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo, os deseo la gracia y la paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

 

Mateo 1, 18-24: El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: la madre de Jesús estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era bueno y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se el apareció en sueños un ángel de Señor que le dijo: José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta: Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”. Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

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