Lectura diaria de la Biblia

29 de Noviembre 2010 – Lunes

 

Mundo: Un centurión, un pagano, se humilla a pedir a Cristo un milagro y lo consigue: Cristo sigue esperando poder ayudar a los alejados, cuando quieran.

 

Fe: Señor, no soy quien para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra.

 

Al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho. Jesús le contestó: Voy yo a curarlo. Pero el centurión le replicó: Señor, no soy quien para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: “Ve”, y va; al otro: “Ven”, y viene; a mi criado: “Haz esto”, y lo hace. Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de lo cielos.

Is  4, 2-6; Sal 121, 1-9 . Mateo 8, 5-11

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