Lectura diaria de la Biblia

20 de marzo 2019 – miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Quien quiera ser el primero –o sea el más importante- que sea el último de todos y el servidor de todos. Quien quiera ser grande, que sirva a los demás, no que se sirva de los demás. Los discípulos discutían quien ocuparía el lugar más importante, quien sería seleccionado como el privilegiado, quien estaría exceptuado de la ley común de la norma general, para destacarse en un afán de superioridad sobre los demás. Y Jesús les trastoca su lógica diciéndoles sencillamente que la vida auténtica se vive en el compromiso concreto con el prójimo. Es decir, sirviendo (20-9-2015).

Subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los doce, les dijo por el camino: Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará. Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: ¿Qué deseas? Ella contestó: Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. Pero Jesús replicó: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber? Contestaron: Podemos. Él les dijo: Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre. Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo: Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Nos será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos.

Jeremías 18, 18-20; Salmo 30, 5-6.14-16 . Mateo 20, 17-28

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