Lectura diaria de la Biblia

28 de mayo 2009 – Jueves

 

Juan 17,20-26  

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: Padre santo, no solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mi por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mi, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mi. Padre, este es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.

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