Lectura diaria de la Biblia

3 de noviembre 2019 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: En Jericó tiene lugar uno de los acontecimientos más gozosos narrados por san Lucas: La conversión de Zaqueo. Siendo pequeño de estatura, Zaqueo se trepa a un árbol, para poder ver al Maestro que pasa. Este gesto exterior, un poco ridículo, expresa sin embargo el acto interior del hombre que busca tener un contacto con Jesús. Jesús, cuando se acerca a ese árbol, lo llama por su nombre: Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa (Lc 19, 5). Su nombre tiene un hermoso significado lleno de alusiones: Zaqueo, en efecto, quiere decir Dios recuerda. Y Jesús va a la casa de Zaqueo, suscitando las críticas: ¿Cómo? Con todas las buenas personas que hay en la ciudad, ¿va a estar precisamente con ese publicano? Jesús dice: Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. En la casa de Zaqueo, desde ese día, entró la alegría, entró la paz, entró la salvación, entró Jesús. Y yo te digo a ti: si tienes un peso en tu conciencia, si tienes vergüenza por tantas cosas que has cometido, no te asustes. Piensa que alguien te espera porque nunca dejó de recordarte: es tu Padre, es Dios quien te espera. Trepa, como hizo Zaqueo, sube al árbol del deseo de ser perdonado; yo te aseguro que no quedarás decepcionado. Jesús es misericordioso y jamás se cansa de perdonar (30-10-2016).

Sabiduría 11, 22-12, 2: Señor, el mundo entero es ante ti como un grano en la balanza, como gota de rocío mañanero sobre la tierra. Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes y pasas por alto los pecados de los hombres, para que se arrepientan. Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que hiciste; pues, si odiaras algo, no la habrías creado. ¿Cómo subsistiría algo si tú no lo quisieras? O ¿cómo se conservaría, si tú no lo hubieras llamado? Pero tú eres indulgente con todas las cosas, porque son tuyas, Señor, amigo de la vida. Tu soplo incorruptible está en todas ellas. Por eso, corriges poco a poco a los que caen, los reprendes y les recuerdas su pecado, para que, apartándose del mal crean en ti, Señor.

Salmo 144, 1-2.8-11: Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

2Tesalonicenses 1, 11-2, 2: Oramos continuamente por vosotros, para que nuestro Dios os haga dignos de la vocación y con su poder lleve a término todo propósito de hacer el bien y la tarea de la fe. De este modo el nombre de nuestro Señor Jesús será glorificado en vosotros y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo. A propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, os rogamos hermanos, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por alguna revelación, rumor o supuesta carta nuestra, como si el día del Señor estuviera encima.

Lucas 19, 1-10: Entró Jesús en Jericó e iba atravesando la ciudad. En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quien era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo: Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa. Él se dio prisa en bajar, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador. Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor: Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más. Jesús le dijo: Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.

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