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24 de noviembre 2017 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El gesto de Jesús en el templo –se puso a echar a los vendedores- es una ceremonia de purificación del templo. Israel conocía esta ceremonia: muchas veces tuvo que purificar el templo al ser profanado. Siempre hubo ese celo por la casa de Dios, porque el templo para ellos era precisamente la morada de Dios, era lo “sagrado”, y cuando era profanado, tenía que ser purificado. La gente era buena, iba al templo, no miraba estas cosas: buscaba a Dios, oraba. Pero tenía que cambiar las monedas para realizar la ofrenda, y lo hacía allí, y allí estaba la corrupción que escandalizaba al pueblo. Cuando los que están en el templo se convierten en especuladores, el pueblo se escandaliza. El pueblo de Dios sabe perdonar a sus sacerdotes, cuando tienen una debilidad, caen en un pecado. Pero hay dos cosas que el pueblo de Dios no puede perdonar: un sacerdote apegado al dinero y un sacerdote que maltrata a la gente. Jesús vino a traernos la gratuidad total del amor de Dios. Cuando la Iglesia o las iglesias se convierten en negocios, se dice que la salvación no es tan gratuita (S.M. 21-11-2014).

Entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: Escrito está: “Mi casa es casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho en una “cueva de bandidos”. Todos los días enseñaba en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los notables del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían que hacer, porque el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.

1Mac 4, 36-37.52-59; Sal 1Crón 29, 10-12 . Lucas 19, 45-48

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