Archivo de mayo de 2021

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 22 de mayo de 2021

22 de mayo 2021 – sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El ir la Iglesia adelante es obra del Espíritu Santo. ¿Y cómo puedo estar seguro de que esa voz que escucho es la voz de Jesús, que cuanto escuchado sobre lo que debo hacer está inspirado por el Espíritu Santo? La respuesta es sencilla: rezar. Sin oración, no hay sitio para el Espíritu. Pedir a Dios que nos mande este don: “Señor, danos el Espíritu Santo para que podamos discernir en cada momento qué debemos hacer”. La Iglesia va adelante con estas sorpresas, con estas novedades del Espíritu Santo (3-5-15).

Pedro, volviéndose, vio que los seguían (a Jesús y a él) el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: “Señor, ¿Quién es el que te va a entregar?. Al verlo, Pedro dice a Jesús: Señor, y este ¿qué?. Jesús le contesta: Sí quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme. Entonces empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: Sí quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?. Este es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni el mundo entero podría contener los libros que abría que escribir.

Hechos 28, 16-20.30-31; Salmo 10, 4-5.7 . Juan 21, 20-25

Lectura diaria de la Biblia

jueves, 20 de mayo de 2021

21 de mayo 2021 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Todos nosotros tenemos como dos “espíritus”: El Espíritu de Dios, que nos lleva a las obras buenas, a la caridad, a la fraternidad, a adorar a Dios, a conocer a Jesús, a hacer tantas buenas obras de caridad, a rezar. Pero está también el otro espíritu, el del mundo, que nos lleva hacia la vanidad, el orgullo, la suficiencia, el chismorreo: otro camino. Nuestro corazón, decía un santo, es como un “campo de batalla, un campo de guerra donde estos dos espíritus luchan” y llamaba a esto él “combate espiritual”. En la vida cristiana se debe combatir para dejar espacio al Espíritu de Dios y expulsar -como Jesús expulsó este demonio- al espíritu del mundo. Hay una oración bonita que nosotros podemos hacer todos los días, antes de ir a dormir, echar un vistazo a la jornada y preguntarse: “¿Pero qué espíritu he seguido yo hoy? ¿El Espíritu de Dios o el espíritu del mundo?” (4-9-2018).

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, le dice a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?”. Él le contestó: “Si, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dice: “Apacienta mis corderos”. Por segunda vez le pregunta: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”. Él le contesta: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Él le dice: “Pastorea mis ovejas”. Por tercera vez le pregunta: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”. Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: “¿Me quieres?” y le contestó: Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero”. Jesús le dice: “Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas a donde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras”. Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: “Sígueme”.

Hechos 25, 13b-21; Salmo 102, 1bc-2.11-12.19-20ab . Juan 21, 15-19

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 19 de mayo de 2021

20 de mayo 2021 – jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: A los Apóstoles, incapaces de soportar el escándalo de la pasión de su Maestro, el Espíritu les dará una nueva clave de lectura para introducirlos en la verdad y en la belleza de la salvación. Estos hombres, antes asustados y paralizados, encerrados en el cenáculo para evitar las consecuencias del viernes santo, ya no se avergonzarán de ser discípulos de Cristo, ya no temblarán ante los tribunales humanos. Gracias al Espíritu Santo, ellos comprenden “toda la verdad”, esto es: que la muerte de Jesús no es su derrota, sino la expresión suprema del amor de Dios. Amor que en la Resurrección vence a la muerte y exalta a Jesús como el Viviente, el Señor, el Redentor del hombre, el Señor de la historia y del mundo. Y esta realidad, de la cual ellos son testigos, se convierte en Buena Noticia que se debe anunciar a todos (24-5-2015).

Levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo: “Padre Santo, no solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mi por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado como me has amado a mí. Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo, donde yo estoy, y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, como también yo estoy en ellos”.

Hechos 22, 30; 23, 6-11; Salmo 15, 1-2a.5.7-11 . Juan 17, 20-26

Lectura diaria de la Biblia

martes, 18 de mayo de 2021

19 de mayo 2021 – miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Cuando se acercaba su hora, Jesús oró al Padre por sus discípulos, por los que estaban con Él y por los que vendrían (cf. Jn 17, 11-22). Nos hace bien pensar que, en su hora crucial, Jesús pone en su oración la vida de los suyos, nuestra vida. Y le pide a su Padre que los mantenga en la unidad y en la alegría. Conocía bien Jesús el corazón de los suyos, conoce bien nuestro corazón. Por eso reza, pide al Padre para que no los domine una conciencia que tiende a aislarse, refugiarse en las propias certezas, seguridades, espacios; a desentenderse de la vida de los demás. Son situaciones que desembocan en tristeza individualista, en una tristeza que poco a poco va dejando lugar al resentimiento, a la queja continua, a la monotonía; ese no es el deseo de Dios para nosotros, esa no es la vida en el Espíritu a la que nos invitó. Por eso Jesús reza, pide para que la tristeza y el aislamiento no nos ganen el corazón. Nosotros queremos hacer lo mismo, queremos unirnos a la oración de Jesús, a sus palabras para decir juntos: “Padre Santo, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, como nosotros y su gozo sea completo” (20-9-2015).

Levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo: “Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad”.

Hechos 20, 28-38; Salmo 67, 29-30.33-36d . Juan 17, 11b-19

Lectura diaria de la Biblia

martes, 18 de mayo de 2021

19 de mayo 2021 – miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Cuando se acercaba su hora, Jesús oró al Padre por sus discípulos, por los que estaban con Él y por los que vendrían (cf. Jn 17, 11-22). Nos hace bien pensar que, en su hora crucial, Jesús pone en su oración la vida de los suyos, nuestra vida. Y le pide a su Padre que los mantenga en la unidad y en la alegría. Conocía bien Jesús el corazón de los suyos, conoce bien nuestro corazón. Por eso reza, pide al Padre para que no los domine una conciencia que tiende a aislarse, refugiarse en las propias certezas, seguridades, espacios; a desentenderse de la vida de los demás. Son situaciones que desembocan en tristeza individualista, en una tristeza que poco a poco va dejando lugar al resentimiento, a la queja continua, a la monotonía; ese no es el deseo de Dios para nosotros, esa no es la vida en el Espíritu a la que nos invitó. Por eso Jesús reza, pide para que la tristeza y el aislamiento no nos ganen el corazón. Nosotros queremos hacer lo mismo, queremos unirnos a la oración de Jesús, a sus palabras para decir juntos: “Padre Santo, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, como nosotros y su gozo sea completo” (20-9-2015).

Levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo: “Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad”.

Hechos 20, 28-38; Salmo 67, 29-30.33-36d . Juan 17, 11b-19

Lectura diaria de la Biblia

lunes, 17 de mayo de 2021

18 de mayo 2021 – martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Jesús se despide, Pablo se despide y esto nos ayudará a reflexionar sobre nuestras despedidas. En nuestra vida hay muchas despedidas, pequeñas y grandes, y hay también mucho sufrimiento, muchas lágrimas en algunas de ellas. Pensad en la despedida de los cristianos y de los yazidíes, que piensan que no volverán a su tierra, porque han sido expulsados de sus casas… O la despedida de la madre, que saluda, da un último abrazo al hijo que se va a la guerra; y todos los días se levanta con miedo de que venga alguno y le diga: Le agradecemos la generosidad de su hijo, que ha dado la vida por la patria. Y está también la última despedida que todos debemos hacer, cuando el Señor nos llame a su orilla. Yo pienso en esto… Que Jesús muerto y resucitado nos envíe el Espíritu Santo para que nosotros aprendamos a decir esa palabra, adiós, existencialmente con toda la fuerza, la última palabra: adios (19-5-2015).

Levantando los ojos al cielo, dijo Jesús: “Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a los que le has dado. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado sobre la tierra, he llevado a cabo la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía junto a ti, antes que el mundo existiese. He manifestado tu nombre a los que me diste de en medio del mundo. Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado. Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por éstos que tú me diste, porque son tuyos. Y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado. Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti”.

Hechos 20, 17-27; Salmo 67, 10-11.20-21 . Juan 17, 1-11a

Lectura diaria de la Biblia

domingo, 16 de mayo de 2021

17 de mayo 2021 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Estar cerrados al Espíritu Santo no es solamente falta de libertad, sino también pecado. Hay muchos modos de cerrarse al Espíritu Santo. En el egoísmo del propio interés, en el legalismo rígido –como la actitud de los doctores de la ley que Jesús llama hipócritas-, en la falta de memoria de todo aquello que Jesús ha enseñado, en el vivir la vida cristiana no como servicio sino como interés personal… En cambio, el mundo tiene necesidad del valor, de la esperanza, de la fe y de la perseverancia de los discípulos de Cristo. El mundo necesita los frutos, los dones del Espíritu Santo, como enumera san Pablo (Gal 5, 22): “amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio de sí” (24-5-2015).

Los discípulos dijeron a Jesús: “Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que has salido de Dios”. Les contestó Jesús: “¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo”.

Hechos 19, 1-8; Salmo 67, 2-7ab . Juan 16, 29-33

Lectura diaria de la Biblia

domingo, 16 de mayo de 2021

16 de mayo 2021 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

Papa Francisco: La Ascensión orienta nuestra mirada al cielo, donde Jesús glorificado se sienta a la derecha de Dios. Por otra parte, nos recuerda el inicio de la misión de la Iglesia: Jesús resucitado ha subido al cielo y manda a sus discípulos a difundir el Evangelio en todo el mundo. Por lo tanto, la Ascensión nos exhorta a levantar la mirada al cielo, para después dirigirla inmediatamente a la tierra, llevando adelante las tareas que el Señor resucitado nos confía: Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación, Aquella reducida compañía, irrelevante frente a las grandes potencias del mundo, es invitada a llevar el mensaje de amor y de misericordia de Jesús a cada rincón de la tierra. Pero este proyecto de Dios solo puede ser realizado con la fuerza que Dios mismo concede a los apóstoles. “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta los confines de la tierra” (Hechos 1, 8). La misión confiada por Jesús a los Apóstoles ha proseguido a través de los siglos, y prosigue todavía hoy: requiere la colaboración de todos nosotros. Cada uno, por el bautismo que ha recibido está habilitado para anunciar el Evangelio. Se trata de ser hombres y mujeres de la Ascensión, es decir, buscadores de Cristo a lo largo de los caminos de nuestro tiempo, llevando su palabra de salvación hasta los confines de la tierra. En este itinerario encontramos a Cristo mismo en nuestros hermanos, especialmente en los más pobres, en aquellos que sufren en carne propia la dura y mortificante experiencia de las viejas y nuevas pobrezas. Como Cristo resucitado al inicio envió a sus discípulos con la fuerza del espíritu Santo, así hoy él nos envía a todos nosotros, con la misma fuerza, para poner signos concretos y visibles de esperanza. Porque Jesús nos da la esperanza, se fue al cielo y abrió las puertas del cielo y la esperanza de que llegaremos allí (13-5-2018).

Hechos de los Apóstoles 1, 1-11: En mi primer libro, Teófilo, escribí de todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el comienzo hasta el día en que fue llevado al cielo, después de haber dado instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo. Se les presentó él mismo después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios. Una vez que comían juntos les ordenó que no se alejaran de Jerusalén, sino “aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oído hablar, porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo, dentro de no muchos días”. Los que se habían reunido, le preguntaron, diciendo: “Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?”. Les dijo: No os toca a vosotros conocer los tiempos o momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad; en cambio, recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria y “hasta el confín de la tierra”. Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado al cielo, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Cuando miraban fijos al cielo, mientras él se iba marchando, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: “Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse al cielo.

Salmo 46, 2-9: Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.

Efesios 1, 17-23: Hermanos: Que el Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, e ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cual es la esperanza a la que os llama, cual la riqueza de gloria que da en herencia a los santos y cual la extraordinaria grandeza de su poder en favor de nosotros, los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, poder, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. “Y todo lo que puso bajo sus pies”, y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que llena todo en todos.

Marcos 16, 15-20: Se apareció Jesús a los once, y les dijo: Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea será condenado. A los que crean, los acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, tomarán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos. Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron y predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 15 de mayo de 2021

15 de mayo 2021 – sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Dios escucha siempre y conoce todo sobre nosotros, con amor. En nuestro camino cotidiano, especialmente en las dificultades, en la lucha contra el mal fuera y dentro de nosotros, el Señor no está lejos, está a nuestro lado; nosotros luchamos, con él a nuestro lado y nuestra arma es precisamente la oración, que nos hace sentir su presencia junto a nosotros, su misericordia y también su ayuda (20-10-2013).

Dijo Jesús a sus discípulos: En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente. Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el mismo Padre os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre.

Hechos 18, 23-28; Salmo 46, 2-3.8-9.10 . Juan 16, 23b-28

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 14 de mayo de 2021

14 de mayo 2021 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

FIESTA DE SAN MATÍAS, APÓSTOL

Papa Francisco: Todos los cristianos hemos recibido este don: La apertura, el acceso al corazón de Jesús, a la amistad de Jesús. Hemos recibido por suerte el don de tu amistad. Nuestro destino es ser amigos tuyos. Se trata de un don que el Señor conserva siempre y él es fiel a este don. Pero nosotros muchas veces no lo somos y nos alejamos, con nuestros pecados, con nuestros caprichos y muchas otras cosas. Sin embargo, él es fiel a la amistad porque nos ha llamado a vivirla. Nos ha elegido por esto, para ser sus amigos: Ya no os llamo siervos –dice en el Evangelio (Juan 15, 9-17)- os llamo amigos”. Y esta palabra la conserva hasta el final. ¿Cuál es la última palabra que Jesús dirige a Judas, precisamente en el momento de la traición? La respuesta es sorprendente: “Judas, amigo”. Cuando precisamente Judas iba a entregarlo, él le dice “amigo”, le recuerda esto. Porque él es fiel. El Señor no dice: “Vete porque tú te has alejado de mí. Vete”. ¡No! Él hasta el final es fiel a este don que nos ha dado a todos: el don de la amistad (14-5-2018).

Dijo Jesús a sus discípulos: “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto, para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros”.

Hechos 1, 15-17.20-26; Salmo 112, 1b-8 . Juan 15, 9-17