Lectura diaria de la Biblia

31 de mayo 2010 – Lunes

Mundo: Si los apartados de Dios no se atreven a rezar el Padrenuestro, sí pueden pedirle a la virgen: “Ruega por nosotros, pecadores…”

Fe: María dijo: Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.

FIESTA DE LA VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

María se puso en camino y fue a prisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. María dijo: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia,  como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.  

So 3, 14-18a; Sal Is 12, 2-6 . Lucas 1, 39-56

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