Lectura diaria de la Biblia

24 de Enero 2010 – Domingo

Mundo: Aunque esté comprobado y lo escriba un hombre culto como San Lucas, el mundo rechaza el evangelio.

Fe: Jesús y su evangelio son libertad para cautivos y oprimidos, vista para los ciegos, buena nueva para los pobres.

Ne 8, 2-4a.5-6.8-10: El sacerdote Edras, trajo el libro a la asamblea de hombres y mujeres y de todos los que podían comprender. Era mediados del mes séptimo. Leyó el libro, en la plaza de la puerta del agua, desde el amanecer hasta el mediodía, a los hombres, a las mujeres y a los que tenían uso de razón; y todo el pueblo estaba atento al libro de la ley. Edras, el sacerdote, estaba de pie sobre un estrado de madera, que habían hecho para el caso. Edras abrió el libro a vista de todo el pueblo, pues se hallaba en un puesto elevado, y cuando lo abrió, el pueblo entero se puso en pie. Edras pronunció la bendición del Señor Dios grande y el pueblo entero, alzando las manos, respondió: Amén, Amén; se inclinó y se postró rostro a tierra ante el Señor. Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Noemías, el gobernador, Edras, el sacerdote y letrado, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis. (Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la ley). Y añadieron: Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.

Sal 18, 8-10.15: Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

1Co 12, 12-14.17: Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo. Vosotros sois el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro.

Lucas1, 1-4; 4, 14-21: Ilustre Teófilo: Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la palabra. Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez da las enseñanzas que has recibido. En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea, con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan. Fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor. Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba, y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír.

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