Lectura diaria de la Biblia

31 de enero 2022 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Los cristianos llevamos dentro el deseo de encontrarnos con el Señor, y cada uno de nosotros estamos llamados a llevar la luz de la palabra de Dios y la fuerza de la gracia a quienes sufren y a cuantos los asisten. Las sanaciones que hizo Jesús nos invitan a reflexionar sobre el sentido y valor de la enfermedad.

Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, en la región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, desde los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo. Y es que vivía entre los sepulcros. Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó con voz potente: ¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes. Porque Jesús le estaba diciendo: “Espíritu inmundo, sal de este hombre”. Y le preguntó: ¿Cómo te llamas?. Él respondió: “Me llamo legión, porque somos muchos”. Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. Había cerca una gran piara de cerdos paciendo en la falda del monte. Los espíritus le rogaron: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al mar y se ahogó en el mar. Los que lo habían visto contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos (los del pueblo) le rogaban que se marchase de su comarca. Mientras se embarcaba, el que había estado poseído por el demonio le pidió que le permitiese estar con él. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: “Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti”. El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.

2Samuel 15, 13-14.30; 16, 5-13a; Salmo 3, 2-8a . Marcos 5, 1-20

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