Lectura diaria de la Biblia

28 de noviembre 2021 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

TIEMPO DE ADVIENTO

Papa Francisco: Hoy empieza el Adviento, el tiempo litúrgico que nos prepara para la Navidad, invitándonos a levantar la mirada y abrir nuestros corazones para recibir a Jesús. 1. En Adviento, no vivimos solamente la espera Navideña, también estamos invitados a despertar la espera del glorioso regreso de Cristo –cuando volverá al final de los tiempos- preparándonos para el encuentro definitivo con Él. Recordamos la Navidad, esperamos el glorioso regreso de Cristo y también nuestro encuentro personal el día que el Señor nos llame. Durante estas cuatro semanas, estamos llamados a despojarnos de una forma de vida resignada y rutinaria y a salir alimentando esperanzas y sueños para un futuro nuevo. 2. El Evangelio de este domingo va precisamente en esta dirección y nos advierte que no nos dejemos oprimir por un modo de vida egocéntrico o de los ritmos convulsos de los días. Resuenan de forma particularmente incisivas las palabras de Jesús: “Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; estad despiertos en todo tiempo”. 3. Estad despiertos y orad: he aquí como vivir este tiempo desde hoy hasta la Navidad. El sueño interno viene siempre de dar vueltas en torno a nosotros mismos, y de permanecer encerrados en nuestra propia vida con sus problemas, alegrías y dolores, pero siempre dando vueltas en torno a nosotros mismos. Y eso cansa, eso aburre, eso cierra a la esperanza. 4. El Adviento nos invita a un esfuerzo de vigilancia, mirando más allá de nosotros mismos, alargando la mente y el corazón para abrirnos a las necesidades de la gente, de los hermanos y al deseo de un mundo nuevo. Es el deseo de tantos pueblos martirizados por el hambre, por la injusticia, por la guerra; es el deseo de los pobres. 5. La otra actitud para vivir bien el tiempo de la espera del Señor es la oración. “Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación”. Se trata de levantarse y rezar, dirigiendo nuestros pensamientos y nuestro corazón a Jesús que viene. Nosotros esperamos a Jesús, queremos esperarle en oración, que está estrechamente vinculada con la vigilancia. Rezar, esperar a Jesús, abrirse a los demás, estar despiertos, no encerrados en nosotros mismos. Pero si pensamos en la Navidad en un clima de consumismo, de ver que puedo comprar, Jesús pasará y no lo encontraremos. Nosotros esperamos a Jesús y queremos esperarle en oración vigilante (2-12-2018).

Jeremías 33, 14-16: Ya llegan días –oráculo del Señor- en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella hora, suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra. En aquellos días se salvará Judá y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: “El Señor es nuestra justicia”.

Salmo 24, 4-5.8-10.14: A ti, Señor, levanto mi alma.

1Tesalonicenses 3, 12-4, 2: Hermanos: Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor todos, lo mismo que nosotros os amamos a vosotros; y que afiance así vuestros corazones, de modo que os presentéis ante Dios nuestro Padre, santos e irreprochables en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos. Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús: Ya habéis aprendido de nosotros cómo comportarse para agradar a Dios; pues comportaos así y seguir adelante. Pues ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús.

Lucas 21, 25-28.34-36: Dijo Jesús a sus discípulos: Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación. Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras, y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneos en pie ante el Hijo del hombre.

Los comentarios están cerrados