Lectura diaria de la Biblia

16 de septiembre 2021 jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Dos palabras nos ayudan a entender lo que hizo Jesús ante la pecadora. Primera: tuvo compasión; viéndola, el Señor sintió una gran compasión por ella. El Señor, con su compasión, se había implicado en este caso. Segunda palabra: Jesús se acercó. La compasión lo empujó a acercarse (se dejó tocar). Acercarse es una señal de compasión. Yo puedo ver tantas cosas, pero no acercarme. El Evangelio añade un detalle: Jesús dijo: Tus pecados quedan perdonados (19-9-2017).

Un fariseo (Simón) rogaba a Jesús que fuera a comer con él y, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. En esto, una mujer que había en la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los enjugaba con los cabellos de su cabeza, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: Si este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, pues es una pecadora. Jesús respondió y le dijo: Simón, tengo algo que decirte. Él contestó: Dímelo, Maestro. Jesús le dijo: Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le mostrará más amor?. Respondió Simón y dijo: Supongo que aquel a quien le perdonó más. Le dijo Jesús: Has juzgado rectamente. Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? He entrado en tu casa, y no me has dado agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de paz; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco. Y a ella le dijo: Han quedado perdonados tus pecados. Los demás convidados empezaron a decir entre sí: ¿Quién es esté, que hasta perdona pecados?. Pero Él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vete en paz.

1Timoteo 4, 12-16; Salmo 110, 7-10 . Lucas 7, 36-38.41-50

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