Lectura diaria de la Biblia

30 de Mayo 2021 – Domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Papa Francisco: Hoy celebramos la fiesta de la Santísimo Trinidad. Una fiesta para contemplar y alabar el misterio del Dios de Jesucristo, que es uno en la comunión de tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Para celebrar, con asombro siempre nuevo, Dios–Amor que nos ofrece gratuitamente su vida y nos pide difundirla en el mundo. Las lecturas bíblicas de hoy nos hacen entender que Dios no quiere tanto revelarnos que él existe, sino más bien que es él “Dios con nosotros”, cerca de nosotros, que nos ama, que camina con nosotros, está interesado en nuestra historia personal y cuida de cada uno, empezando por los más pequeños y necesitados. Él «es Dios allá arriba en el cielo” pero también “aquí abajo en la tierra”. San Pablo nos comunica el deseo de Dios de que le llamemos Padre, “Papá” -Dios es “nuestro Papá”-, con la total confianza de un niño que se abandona en los brazos de quien le ha dado la vida. Y recuerda que el Espíritu Santo, actuando en nosotros, hace que Jesucristo no se reduzca a un personaje del pasado, no, sino que lo sentimos cerca, nuestro contemporáneo, y experimentamos la alegría de ser hijos amados por Dios. Finalmente, en el Evangelio, el Señor resucitado promete permanecer con nosotros para siempre. Y precisamente gracias a esta presencia suya y a la fuerza de su Espíritu podemos realizar con serenidad la misión que él nos confía. ¿Cuál es la misión? Anunciar y testimoniar a todos su Evangelio y así dilatar la comunión con él y la alegría que se deriva. Dios, caminando con nosotros, nos llena de alegría y la alegría es el primer lenguaje del cristiano. Por tanto, la fiesta de la Santísima Trinidad nos hace contemplar el misterio de Dios que incesantemente crea, redime y santifica, siempre con amor y por amor, y a cada criatura que lo acoge le da la posibilidad de reflejar un rayo de su belleza, bondad y verdad (27-5-2018).

Deuteronomio 4, 32-34.39-40: Moisés habló al pueblo, diciendo: “Pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: pregunta desde un extremo al otro del cielo, ¿sucedió jamás algo tan grande como esto o se oyó cosa semejante? ¿Escuchó algún pueblo, como tú has escuchado, la voz del Dios, hablando desde el fuego, y ha sobrevivido? ¿Intentó jamás algún Dios venir a escogerse una nación entre las otras mediante pruebas, signos, prodigios y guerras, con mano fuerte y brazo poderoso, con terribles portentos, como todo lo que hizo el Señor, vuestro Dios, con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos? Así, pues, reconoce hoy, y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Observa los mandatos y preceptos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos, después de ti, y se prolonguen tus días en el suelo que el Señor tu Dios te da para siempre”.

Salmo 32, 4-6.9.18-20.22: Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.

Romanos 8, 14-17: Hermanos: cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que habéis recibido un espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: “¡Abba, Padre!”. Ese mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios; y, si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo; de modo que, si sufrimos con él, seremos también glorificados con él.

Mateo 28, 16-20: Los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: “Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos.

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