Lectura diaria de la Biblia

21 de febrero 2021 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: En este primer domingo de Cuaresma, el Evangelio menciona los temas de la tentación, la conversión y la Buena Noticia. 1. Escribe el evangelista Marcos: El Espíritu empujó a Jesús al desierto, y permaneció en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás. (Marcos 1, 12-13). Jesús va al desierto a prepararse para su misión en el mundo. Él no necesita conversión, pero, en cuanto hombre, debe pasar a través de esta prueba, -ya sea por sí mismo, para obedecer a la voluntad del Padre, como por nosotros, para darnos la gracia de vencer las tentaciones-. Esta preparación consiste en la lucha contra el espíritu del mal, es decir, contra el diablo. También para nosotros la Cuaresma es un tiempo de lucha espiritual: estamos llamados a afrontar al maligno mediante la oración para ser capaces, con la ayuda de Dios, de vencerlo en nuestra vida cotidiana. 2. Inmediatamente después de las tentaciones en el desierto, Jesús empieza a predicar el Evangelio, la Buena Noticia, la segunda palabra. Y esta Buena Noticia exige del hombre conversión y fe. Él anuncia: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca, después dirige la exhortación: Convertíos y creed en la Buena Nueva, es decir creer en esta Buena Noticia: El Reino de Dios está cerca. 3. En nuestra vida siempre necesitamos conversión -¡todos los días!-, y la Iglesia nos hace rezar por esto. De hecho, no estamos nunca suficientemente orientados hacia Dios y debemos continuamente dirigir nuestra mente y nuestro corazón a Él. Para esto es necesario tener la valentía de rechazar todo lo que nos lleva fuera del camino, los falsos valores que nos engañan atrayendo nuestro egoísmo de forma sutil. Sin embargo, debemos fiarnos del Señor, de su bondad y de su proyecto de amor para cada uno de nosotros. La Cuaresma es un tiempo de penitencia, pero no es un tiempo triste, de luto. Es un compromiso alegre y serio para despojarnos de nuestro egoísmo, de nuestro hombre viejo, y renovarnos según la gracia de nuestro bautismo. Solamente Dios puede darnos la verdadera felicidad: es inútil que perdamos nuestro tiempo buscándola en otro lugar, en las riquezas, en los placeres, en el poder, en la carrera… El Reino de Dios es la realización de todas nuestras aspiraciones, porque es, al mismo tiempo, salvación del hombre y gloria de Dios (18-2-2018).

Génesis 9, 8-15: Dios dijo a Noé y a sus hijos: “Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañan, aves, ganado y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Establezco, pues, mi alianza con vosotros: el diluvio no volverá a destruir criatura alguna, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra. Y Dios añadió: “Esta es la señal de la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco, y recordaré mi alianza con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir a los vivientes.

Salmo 24, 4-9: Tu senda, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza.

1Pedro 3, 18-22: Queridos hermanos: Cristo sufrió su pasión, de una vez para siempre, por los pecados, el justo por los injustos, para conducirnos a Dios. Muerto en la carne, pero vivificado en el Espíritu; en el Espíritu fue a predicar incluso a los espíritus en prisión, a los desobedientes en otro tiempo, cuando la paciencia de Dios aguardaba, en los días de Noé, a que se construyera el arca, para que unos pocos, es decir, ocho personas, se salvaran por medio del agua. Aquello era también un símbolo del bautismo que actualmente os está salvando, que no es purificación de una mancha física, sino petición a Dios de una buena conciencia, por la resurrección de Jesucristo, el cual fue al cielo, está sentado a la derecha de Dios y tiene a su disposición ángeles, potestades y poderes.

Marcos 1, 12-15: El Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles le servían. Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el evangelio de Dios. Decía: “Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio”.

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