Lectura diaria de la Biblia

15 de mayo 2020 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

SAN ISIDRO LABRADOR

Papa Francisco: “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos”, dice Jesús. Uno de los frutos más maduros que brota de la comunión con Cristo es el compromiso de caridad hacia el prójimo, amando a los hermanos con abnegación de sí, hasta las últimas consecuencias, como Jesús nos amó. El dinamismo de la caridad del creyente no es fruto de estrategias, sino del encuentro con Jesús y de permanecer en Jesús. Él es para nosotros la vida de la que absorbemos la sabia, es decir, la “vida” para llevar a la sociedad una forma diferente de vivir y de brindarse, lo que pone en el primer lugar a los últimos. Cuando somos íntimos con el Señor, como la vid y los sarmientos, somos capaces de dar frutos de vida nueva, de misericordia, de justicia y de paz, que derivan de la Resurrección del Señor. Esto hicieron los santos: vivieron en plenitud la vida cristiana y el testimonio de la caridad. Todos nosotros estamos llamados a ser santos. Cada actividad, si se vive en unión con Jesús y con actitud de amor y de servicio, es una ocasión para vivir en plenitud el Bautismo y la santidad evangélica (29-4-2018).

Dijo Jesús a sus discípulos: Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego lo recogen y los echan al fuego, y arde. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.

Santiago 5, 7-8.11.16-18; Salmo 1, 1-4.6 . Juan 15, 1-7

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