Lectura diaria de la Biblia

24 de diciembre 2018 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

VIGILIA DE NAVIDAD

Papa Francisco: El Belén y el árbol de Navidad son signos navideños siempre sugestivos y queridos para nuestras familias cristianas: evocan el misterio de la Encarnación, al Hijo unigénito de Dios que se hizo hombre para salvarnos, y la luz que Jesús trajo al mundo con su nacimiento. Pero el belén y el árbol tocan el corazón de todos, incluso de quienes no creen, porque hablan de fraternidad, de intimidad y amistad, llamando a los hombres de nuestro tiempo a redescubrir la belleza de la sencillez, la comunión y la solidaridad. Son una invitación a la invitación a la unidad, a la concordia y la paz; una invitación a dejar espacio en nuestra vida personal y social a Dios, que no viene con arrogancia a imponer su fuerza, sino que nos ofrece su amor omnipotente a través de la frágil figura de un Niño. El Belén y el árbol llevan, pues, un mensaje de luz, de esperanza y amor (19-12-2014).

Zacarías, padre de Juan, se llenó de Espíritu Santo, y profetizó diciendo: “Bendito sea el Señor, Dios de Israel”, porque ha visitado y “redimido a su pueblo”, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la “misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza” y el “juramento que juró a nuestro padre Abrahán”, para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante “del Señor a preparar sus caminos”, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

2Samuel 7, 1-5.8b-12.14a.16; Salmo 88, 2-5.27.29 . Lucas 1, 67-79

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