Lectura diaria de la Biblia

31 de mayo 2018 – jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

FIESTA DE LA VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

Papa Francisco: María fue “deprisa”. Esta chica de dieciséis o diecisiete años, no más, era valiente. Se levanta y va. Valentía de mujer: Esas mujeres valientes que llevan adelante la familia, estas mujeres que llevan adelante la educación de los hijos, que enfrentan tantas adversidades, tanto dolor, que curan los enfermos… Se levantan y sirven, sirven. El servicio es signo cristiano. Quien no vive para servir no sirve para vivir. Servicio en la alegría, esta es la actitud que yo quisiera subrayar (31-5-2016).

En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino deprisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. ¡Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá!. María dijo: Proclama mi alma la grandeza del Señor, “se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava”. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia” -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.

Sofonías 3, 14-18; Salmo: Isaías 12, 2-6 . Lucas 1, 39-56

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