Lectura diaria de la Biblia

30 de mayo 2018 – miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Santiago y Juan fueron a Jesús a pedirle la función de Jefe de gobierno. Nosotros queremos el triunfo ahora sin ir por la cruz. Fui a predicar ejercicios espirituales a unas religiosas y el último día se confesaron. Vino una hermana anciana, de más de ochenta años. Era una mujer de Dios. Al final le dije: “Hermana, como penitencia rece por mí, porque necesito una gracia, ¿eh? Si usted la pide al Señor, seguro que me la dará”. Ella se detuvo un momento, como si rezara, y me dijo esto: “Seguro que el Señor te dará la gracia, pero no se equivoque: a su modo divino”. Esto me hizo mucho bien: sentí que el Señor nos da siempre lo que pedimos pero lo hace con su modo divino. Este modo implica la cruz. No por masoquismo, no, no: por amor, por amor hasta el final (29-5-2013).

Jesús dijo a los doce: Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará. Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: Maestro, concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús replicó: No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?. Contestaron: Podemos. Jesús les dijo: El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado. Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: El que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a que le sirvan, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos.

1Pedro 1, 18-25; Salmo 147, 12-15.19-20 . Marcos 10, 33-35.37-45

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