Lectura diaria de la Biblia

23 de octubre 2017 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Jesús no está contra las riquezas en sí mismas, pero la religión no es una agencia de seguros. Además el apego al dinero divide: dos hermanos que se pelean por su herencia… En cuantas familias conocen que han peleado, pelean, no se saludan, se odian por una herencia. Ya no es más importante el amor de la familia, el amor de los hijos, de los hermanos, de los padres. No, es el dinero. Y esto destruye. Jesús es claro: Guardaos de toda clase de codicia, porque nos da esa seguridad que no es verdadera y te lleva a tener el corazón apegado, y al final terminar mal… Tres preguntas. ¿Doy?, ¿Cuánto doy?, ¿Cómo doy? ¿Doy como da Jesús, con la caricia del amor o doy como quien paga una tasa? Cuando ayudas a una persona, ¿la miras a los ojos? ¿Le tocas la mano? Es la carne de Cristo, es tu hermano, tu hermana (S. M. 19-10-2015).

Dijo uno de entre la gente a Jesús: Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia. Él le dijo: Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?. Y dijo a la gente: Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes. Y les propuso una parábola: Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”. Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”. Así será el que atesora para sí y no es rico ante Dios.

Rom 4, 20-25; Sal Luc 1, 69-75 . Lucas 12, 13-21

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