Pavor en el campo (la caza)


                         En su origen estas muertes creaban vida.

¿Tiene en la actualidad sentido?

Hoy que pienso en escribir

No me mires al semblante

Ni me pidas que yo esté alegre

Viendo carreras y sangre.

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De la caza quiero hablarte

De costumbres ancestrales

De hombres con gran pasión

Y de animales salvajes.

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                           ¿Por qué me persigues? Dice la liebre

¿Por qué quebrantas mi sueño?

¿Por qué nos azuzas tus galgos?

¿Qué mal a ti te hemos hecho?

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                                    Huye la pieza asustada

No encuentra como escaparse

Mientras miro por lo insólito

Se me hiela hasta la sangre.

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Ha empezado la danza

Los perros luchan a muerte

Sus dueños quieren tener

Los trofeos y piden suerte.

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Ladran los perros sedientos

No por ello son salvajes

Solo quieren morder sus dientes

Y matar sin hacer sangre.

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No buscas el cuerpo a cuerpo. Dice el jabalí

Sabes bien que perderías

Te vales de cualquier medio

Y le llamas cacería.

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Armas de fuego, cepos, perros

Todo es lícito para ti

Lo importante es tu disfrute

No te importa mi sufrir. Dice el venao.

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Jauría, ralea, galgos, podencos

No importa como se nombre

Lo que importa es el número

De las cabezas que cogen.

Si echas la vista atrás

Recordarás con dolor

Cuando el hombre era cazado

Si escapaba del patrón.

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Imagen desgarradora

Me atormenta si recuerdo

Cuando veo a hermanos míos

Perseguidos por los perros.

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Quieren otros que yo olvide

Por tratarse de otro rango

Las escopetas y rifles

Como si no hicieran daño.

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Se ocultan entre maleza

Mirando en contra del aire

Cuando encañonan la pieza

Ya no hay nada que la salve.

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No me salvaron la vida mis quince puntas

Hasta hoy me dieron suerte

Mas si otra punta certera mi cuello apunta

Lo quiera yo o no lo quiera me trae la muerte.

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Aunque así lo piensen todos

Incluso los cazadores

Seguirá la caza, seguirá la muerte

Y especies sin culpa alguna

No disfrutarán de suerte.

Autor: Diego Caballero
info@ablg.es
Madrid
  

 

 

 

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